La filarmónica de los niños y jóvenes de Conchagua
Hace unos días brindaron un concierto navideño en la zona urbana de su municipio
Por: Maibelyne Hernández y Thomás Perla fotografías: Thomás Perla
A partir de la 1:30 de la tarde los niños empiezan a llegar a la casita hecha de lámina, al verla de lejos la estructura pareciera que dentro es incómoda y caliente, más con el clima de la costa, pues esta ubicada en Conchagua, La Unión, pero para sorpresa de propios y extraños, cuenta con aire acondicionado.
En un estante negro tienen colocados ordenadamente los instrumentos, de cuerda, viento madera ,viento metal y percusión que son con los que cuenta la orquesta, en el segundo cuarto, es donde los niños y jóvenes ensayan, en la esquina están las sillas encima una de otra, y con muchos atriles, con una pizarra blanca pegada al lado izquierdo de la pared, al lado derecho habían fotografías de eventos donde los integrantes de la filarmónica han asistido.
Mientras él instructor Juan Carlos Hernández, un muchacho de estatura 1.5, piel morena, de cuerpo doble, que en su semblante reflejaba a un maestro muy estricto; en ese momento estaban tres niños y una niña sentados en unas sillas negras de plástico, y enfrente tenían un atril negro donde estaban colocados los folletos en los que tienen sus notas musicales.
Después de unos 10 minutos, Juan estaba queriendo almorzar pero antes dijo: “Niños repasen la lección donde se quedaron” y los infantes se pusieron a ensayar, pero al ver que su maestro se dirigió a el cuarto donde están los instrumentos y se tardó un rato, aprovecharon el momento para jugar piedra, papel o tijera.
Nely Hernández García, una niña, piel morena, de pelo color negro adornado con una diadema negra, no paraba de ensayar y repetía constantemente la lección haciendo movilidad con los dedos para no perder el ritmo, de repente llegó el maestro y dijo: vámonos para afuera, lleven las sillas y los folletos de las lecciones que van a ensayar.
Entusiasmados prosiguieron, y se colocaron bajo un árbol de tamarindo y empezaron a repetir sus lecciones, él maestro pasaba por cada estudiante para que le dijera las notas musicales para poder escuchar como andaban en cuanto a práctica, el primer niño intentó y cuando ya iba a finalizar se equivocó y Juan le dijo: Vuelve a repasar, y así continuó con Nelly, ella le repitió la lección en su primer intento se confundió y le dijo: se la puedo repetir, y el aceptó su petición, lo hizo nuevamente y en su segundo intento logró decir todo sin equivocarse, ya después de haber escuchado a los niños les dijo: Vayan a traer el violín y todos salieron corriendo a traerlo.
Y así la zona se fue llenando de música, instrumentos tocados por niños y jóvenes que todo el año han perseverado ensayando y trabajando arduamente para mejorar sus presentaciones.
15 conciertos en el año
La Filarmónica de Conchagua es tan exitosa que ha sido invitada a varios lugares del país para ofrecer conciertos como en San Miguel, Ahuachapán, Santa Rosa de Lima, Sonsonate, Pasaquina, entre otros.
Hasta la fecha cuentan con 76 jóvenes inscritos, de los cuales 46 ya son músicos que ejecutan, “los demás son el semillero, para julio esperamos que todos ejecuten instrumentos” comentó Willian Méndez, integrante de la filarmónica.
Jesús Medina, alcalde de Conchagua comentó que desde 2013 iniciaron el proyecto, luego que en Colombia conocieran experiencias de grupos de música con niños y jóvenes, una experiencia que les ayuda a mantener ocupados a los chicos, detalló.