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La noche Kakawira de las velas y el ayote

Fotogalería de Ingrid Sánchez

Las familias Kakawiras de Cacaopera, Morazán, se levantan a las 4:00 a. m. a encender una veladora por cada ser querido que ha fallecido, porque según la creencia, es la hora en que entran al mundo de los vivos, y con la luz se le ilumina el camino de bienvenida. Más tarde reparten ayote a quienes pasan pidiendo por cada hogar, en honor a las ánimas.

La tradición indígena se mantiene cada año y se hace en honor a los seres queridos que ya partieron de este mundo

Los ritos principales del día 27 de octubre consiste en ir a la Cruz de San Bernaldino, altar mayor de los Kakawiras a rezar el San Rosario y pedir permiso a los muertos, porque en nombre de ellos las personas del pueblo organizadas en grupos irán a pedir ayote casa por casa.

La luz es muy importante para guiar en su visita a los seres queridos en el plano terrenal. Esta luz se mantiene encendida mientras las personas participantes rezan el Santo Rosario en el cementerio general de Cacaopera.

Según la mayordomía de la iglesia, nuestros seres queridos nos visitan por 8 días, partiendo desde el día 27 de octubre a 03 de noviembre. Cuando se les despide nuevamente, siempre a las 4:00 a. m. se encienden candelas para iluminar su camino a casa. 

Las personas del pueblo se organizan en grupos entre los que participan niños, jóvenes y adultos. Después del permiso en el cementerio visitan los hogares kakawiras pidiendo ayote en representación de las ánimas.

Las personas desde los hogares también tienen la opción de dar cualquier cosa comestible o candelas, y como gratitud por el gesto, el grupo le grita a coro 3 veces ¡a la gloria!, en cambio en el hogar que no abren las puertas los mandan ¡al infierno!

ánimas somos

del cielo venimos,

ayote pedimos

por este camino

si no, nos dan

con Dios la verán”

Las tradiciones indígenas ancestrales son transmitidas a través de generaciones y en esta ocasión se pudo observar mayor participación de niños y niñas.

Durante la actividad se pudo a observar madres con sus hijos, inculcando el valor cultural que posee las tradiciones Kakawiras.

De acuerdo con los historiadores locales, la tradición de la pedida de ayote es una herencia que el pueblo Kakawira trajo en su bajada cuando venía de Norteamérica y bajó al centro, hace unos 10,000 años A.C. Es una herencia que trae de los pueblos de México y que se sigue manteniendo hoy en día.

Algunos se dedicaron a comercializar o compartir el fruto entre los vecinos y amigos, como un gesto de amistad para que nadie se quedara sin recordar el día 27 de octubre a quienes ya partieron de este mundo.

Mary Claros regala mascarillas a los participantes para que tomen las medidas de bioseguridad ante la crisis sanitaria mundial por Covid-19.

La gente desde casa, tiene la opción de dar candelas, ayote cocido, pan o cualquier cosa que pronto será compartido entre todos los participantes.

Para los jóvenes es muy importante preservar y participar en estas tradiciones, porque conocen más sobre sus orígenes.

Los creyentes de la tradición esperan a los participantes con el dulce manjar que destila miel de atado.

Los abuelos cuentan que antes dejaban ayote en los alrededores de la casa para que las almas llegaran y comieran ayote. Cuando iban al cementerio ellos aseguraban que sentían su presencia mientras rezaban el rosario

La pedida de ayote se extendió por todo el casco urbano de Cacaopera, no existe excepción de las personas y sus creencias, cuando los participantes tocan a su puerta

Gracias a la Mayordomía de la iglesia, estas tradiciones y costumbres se siguen manteniendo hoy en día, identificando a Cacaopera como la joya cultural a nivel nacional. 

Las familias se prepararon para esta importante celebración, a pesar de la pandemia de la Covid-19, con el objetivo de preservar esta dulce tradición. 

Los participantes disfrutaron de la tradición que les permitió, asimismo, compartir con su grupo de amistades. 

La tradición de la pedida de ayote pasó a ser una celebración oficial en la parroquia Nuestra Señora del Tránsito luego de la invasión española, aproximadamente en el año 1543 cuando se fundó la villa de Cacaopera.

Las familias Kakawiras disfrutan de la visita de sus seres queridos y no pierden el interés por preservar las costumbres y tradiciones que tanto identifican al pueblo de raíces indígenas: Cacaopera.

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Redacción UNIVO NEWS

Equipo de periodistas, estudiantes, editores y productores de la Carrera de Comunicaciones de la Universidad de Oriente UNIVO.

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