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La ciudad de los portales

Chalatenango y parte de su historia. 

fotografías: Clarissa Aparicio

El Salvador tiene su territorio distribuido en 14 departamentos. Es un país pequeño,  pero con lugares maravillosos, uno de ellos es Chalatenango, municipio que se encuentra ubicado al norte de San Salvador, la capital del país.

Al llegar a  este destino se empieza a vivir la cultura en su máxima expresión, al ver los hermosos portales que toda la ciudad posee y la conservación de edificios antiguos; mucho comercio y sobre todo personas disfrutando del ambiente ameno del centro, siendo visitado por niños, jóvenes y adultos por las tardes y noches.

Además de ser seguro, posee belleza arquitectónica como la Catedral Central de Chalatenango y los tan famosos portales que conservan en ellos muchas historias, ubicados en las casas del centro  histórico de la ciudad. Se dice que los portales representan el comercio, desde hace muchos años con la visita de comerciantes extranjeros durante la época colonial.

También se caracterizó por la explotación del añil, por lo que se creó una feria para comerciar este producto lo que hoy en día se conoce como la “Feria de los Santos” que se celebra el 2 de noviembre. Anteriormente  se le conocía como la feria del añil.

La historia  cuenta que medio mes antes del 2 de noviembre, la ciudad se llenaba de visitantes que llegaban  de Centroamérica y Sur América, cargados de productos propios de sus lugares de origen, para cambiarlos por cubos de añil. Es por ello que surge  la necesidad de construir casas con portales para que durante el tiempo en el que duraba la feria, los comerciantes pudieran protegerse del sol.

Parte de la arquitectura se debe a que las Leyes de Indias, es decir, las leyes de España para las Américas en tiempos de la colonia, exigían que se construyeran portales alrededor de las plazas. Algunos portales antiguos son de madera, sin embargo, la mayoría son de cemento. Muchos han tenido que ser restituidos por razones de seguridad, puesto que los originales eran tan viejos que podían caer y lastimar a la población.

Sin duda, al conocer la ciudad se comprueba lo que dice la canción «Tierra Bendecida»,   compuesta por  Pancho Lara, que no pudo describirla mejor como “Nidito tibio del jardín de Cuscatlán, tus encantadas calles empedradas  te dan la gracia de muchacha virginal”, porque es una tierra hermosa para que todos la puedan conocer y disfrutar un momento agradable en familia, poder apreciar músicos y personas disfrutando de la vida y de lo lindo que es El Salvador.

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