Cultura

Consalvi y su legado a la memoria histórica

Pasó años realizando apuntes y recolectando piezas que luego serían parte de la colección del Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI)

Por: Melissa Romero

Vitrinas llenas de objetos antiguos como llaves con un poco de moho, armas rudimentarias, páginas de periódicos que se publicaron en los años de la guerra civil en el país, trajes de indígenas puestos en maniquíes y trozos de cosas que quedaron como evidencia de lo que fue la guerra, cuadros en los que se plasman momentos vividos durante los años 80s, todos con un gran valor histórico esos y más elementos son los que adornan las paredes y los salones del Museo de la Imagen y la Palabra (MUPI).

Carlos Henríquez Consalvi mejor conocido por su seudónimo durante la guerra de El Salvador como “Santiago”, es el creador, pensador y guardián del MUPI, un escritor y periodista de origen venezolano que llegó a El Salvador un 24 de diciembre de 1980. Pero antes de llegar al pulgarcito de América, estuvo en el país vecino: Nicaragua.

Consalvi llegó a Nicaragua para participar en las luchas contra la dictadura de Somoza, “yo participo en el año 1979, una vez derribada la dictadura de Somoza, me involucro en la creación de medios de comunicación en Nicaragua, cubro la campaña de alfabetización y estando en Nicaragua en 1980 me entero de la muerte de monseñor Romero y eso hace que mi atención se enfoque hacia El Salvador”, relató.

Santiago nació en Mérida en 1947, sus padres eran opositores de la dictadura venezolana, eso provocó que la mayor parte de su juventud la pasará en México y Costa Rica. Él, estudio Periodismo en la Universidad Central Venezolana

Estando ya en El Salvador Santiago, creó un medio de comunicación que fue el pilar fundamental de difusión de información durante 11 años del conflicto armado que vivió nuestro país, al cual le dio el nombre de “Venceremos” y es desde ese momento que nació una radio insurgente en Morazán, que lo tuvo a él como voz oficial todos esos años.

Radio “Vencemos” surgió en un momento de máxima polarización en el país y ante la necesidad de un medio de comunicación social, es así como desde diciembre del año de 1980 ingresaron a Morazán, cabe recalcar que no solo Santiago estuvo involucrado en la creación de la radio, sino un conjunto de personas que en su mayoría eran originarios de Morazán.

Además del amor empedernido de Santiago por la historia y la memoria, hoy por hoy su pasión y los recuerdos de la radio tienen un lugar especial en el museo, donde los visitantes pueden verla, admirarla y quizá recordarla como él lo hace: “Radio Venceremos”, el medio de comunicación que informó del lado de la guerrilla durante 11 años a los salvadoreños durante el conflicto armado.

Para Consalvi la radio jugó un papel importante, informando y sensibilizando a sus escuchas sobre lo que se estaba viviendo en ese entonces en el país. Muchas de las personas que aún recuerdan la guerra como si fuese ayer, relatan que radio Venceremos era transmitida a las 6:00  de la tarde y que para poder escucharla tenían que subirse a un árbol o a un lugar que fuera alto.

Santiago relató que él llegó a Morazán en diciembre de 1981, con micrófono en mano para hacer los relatos de lo que había sucedido en El Mozote, y los otros cantones donde se registró una masacre que fue perpetrada por militares del Batallón Atlacatl, según lo registró la Comisión de la Verdad.

Santiago en ese entonces, buscó sobrevivientes para a entrevistar, como Rufina Amaya, quien se convirtió en la principal referente testimonial del hecho; “mi experiencia fue vinculada a informar al mundo sobre la realidad de lo que había sucedido en El Mozote, dar nombres de víctimas y entrevistar a sobrevivientes y enfrentarnos a una política que trataban de encubrir o de negar esta masacre”  aseguró.

En el año de 1992 cuando se anuncia la paz en El Salvador, Santiago se traslada hasta San Salvador junto a la radio para gritar al mundo que “la paz” había llegado a nuestro país. Para transmitir su programa ese 16 de enero, él tuvo que subir el transmisor a lo más alto de la catedral, y fue de esa manera que salió a las calles después de 11 años de clandestinidad.

Al darse por terminada la guerra con la firma de los acuerdos de paz, Santiago decide no volver a su país de origen Venezuela, puesto que ya se había vinculado en gran medida con la historia de El Salvador, y ya había plantado la semilla de lo que hoy en día se conoce como el Museo de la Palabra y la Imagen (MUPI), el cual es un centro que guarda la memoria histórica de nuestro país.

Al pasar del tiempo, Santiago ya no se había dado a conocer únicamente por ser la voz de una radio insurgente, sino además por escribir libros como: “La terquedad del izote”, “Luciérnagas en El Mozote”, “Los mendigos me amaban”, “Tentaciones y estropicios” y otros. Los primeros dos han ayudado a que las nuevas generaciones conozcan un poco sobre la memoria histórica de El Salvador.

Personas que quizá no vivieron la guerra pero que gracias a libros como “La terquedad del izote”, “Luciérnagas en El Mozote”, entre otros han hecho eco para que las generaciones que no pasaron o que no sufrieron la guerra mediten sobre las injusticias que se cometían en aquellos años a mano tanto del ejército como de la guerrilla.

“Desde el inicio de la guerra yo comencé a llevar un diario, tratando que toda esa historia que se estaba viviendo pudiera ser conocida por otras generaciones, fue así que terminé de escribir “La terquedad del izote” que luego parte de ella se convierte en el libro “Luciérnagas en El Mozote” y bueno la idea era de dejar un testimonio para las nuevas generaciones de lo que había sucedido, sintetizar toda esa historia en un libro” rememoró Consalvi.

Aunque para algunos, los libros de Consalvi forman parte de la memoria histórica de El Salvador, algunos expertos en literatura difieren de eso puesto que argumentan que muchas de las cosas relatadas en sus libros son falsas o difieren de lo real, Oscar Represa maestro de literatura, menciona que ha leído libros de Nidia Díaz y ahí menciona sucesos que son diferentes.

“He leído “Las mil y una historia de radio Venceremos” y las leí por gusto porque leí “Nunca estuve sola” de Nidia Díaz y otra de Rogelio Poncel, un sacerdote y narra en su libro los conflictos de la iglesia con los clérigos y su lucha en el apoyo a los pobres en la guerra” afirmó Represa.

Por otra parte cabe recalcar la importancia que juega la memoria histórica para un país, principalmente para el nuestro que a lo largo de la historia ha estado plagado de sucesos que lo han marcado en gran medida, hay que recordar la importancia de las personas que prestan su memoria para completar la historia con documentos y relatos que no se encuentran en los archivos y libros históricos, reflejan su capacidad de supervivencia y de resistencia, de superación de momentos traumáticos como fue el caso de Rufina Amaya, sobreviviente de la masacre de El Mozote.

Carlos Consalvi relaciona la memoria histórica de El Salvador con la energía de las personas que han ayudado a fijar la memoria desde los distintos lugares  y momentos que se han desarrollo estos sucesos: “desde nuestra experiencia particular, lo que determinamos es que por todo el país, las comunidades que vivieron el conflicto armado fundamentalmente en la zona norte de Morazán, Chalatenango, San Vicente son comunidades en las cuales existe una gran energía relacionada con el rescate y la fijación de sus memorias”  afirmó.

Consalvi hizo hincapié en que las nuevas generaciones que estarán al frente del país, deben conocer acerca de la memoria histórica, así como los personajes más importantes de nuestra historia como: «Monseñor Romero, Salarrué, Roque Dalton, o mujeres como Prudencia Ayala, y que a partir de sus conocimientos les permitirá construir una sociedad más inclusiva, más justa, más equitativa, porque sin memoria no hay Futuro!»  comentó.   

Sin memoria no hay futuro” Carlos Henríquez Consalvi.

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Redacción UNIVO NEWS

Equipo de periodistas, estudiantes, editores y productores de la Carrera de Comunicaciones de la Universidad de Oriente UNIVO.

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