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PENSANDO EN VOZ ALTA

Ronald Medrano
Ronald Medrano

¿Hipnotizado por la tecnología?

Hace un par de años me encontré con un compañero de universidad y no es nada extraño que en mi diario vivir aparezca el café, ocasión que aprovechamos para tomar esta bebida que para mí es mágica; mientras hablamos de muchos temas, él quien ha sido una persona académicamente muy destacado, y con un gran conocimiento de la realidad nacional a la que nos enfrentamos los profesionales, me hizo reflexionar un poco más a detalle de las cosas que a nuestro juicio deberían cambiar para poder tener más oportunidades y éxito laboral al salir de la universidad.

Es importante destacar que él y yo  somos de una generación a medias con la tecnología, por las limitantes que existían en nuestra vida en ese momento, pero al final esa limitante se ha convertido en una de nuestras fortalezas. No es que crea que hoy no hay jóvenes con mayor conocimiento que en nuestra generación, pero si me atrevo a decir que son en menor cantidad.

La tecnología no es la mala, lo malo es el uso que le damos a esta herramienta, que según la utilicemos así será la ventaja o desventaja que nos dará en nuestra formación personal y profesional. 

Según una encuesta realizada por una reconocida universidad de los Estados Unidos de Norte América, revela que el promedio que un joven universitario  dedica a internet es un poco más de 7 horas al día, de hecho un dato alarmante, porque todo este tiempo lo distribuye en las 19 o 20 horas durante las cuales permanece despierto.

Pero estos datos nos llevan a una cadena de sucesos y acciones que son las que analicé con mi colega, son las que generan desventajas a los nuevos profesionales, no en su totalidad, pero si una gran cantidad, y es que no necesitamos que una empresa encuestadora nos revele esos datos, basta con observar nuestro alrededor y ver la esclavitud que mantenemos por el uso de internet a través de redes sociales.

No estoy diciendo que la tecnología o el internet sean malos, es el mal uso de este mismo, en las clases los estudiante de esta generación no  se desprenden ni un breve momento del teléfono “inteligente”, y vaya que si es muy inteligente este tipo de aparatos, tan inteligentes que dominan a un ser humano.

Esto lleva a que los estudiantes tengan menos ventajas al enfrentarse a un mundo altamente exigente y competitivo; un día,  en un salón de clase hice un pequeño experimento con un grupo de jóvenes, pedí que guardaran sus teléfonos y les solicite que me escribieran el concepto de unas palabras que son de conocimiento general, fue al menos para mí, frustrante y un poco decepcionante ver la agonía de los estudiantes por no saber aquellas respuestas sencillas, verlos como peces fuera del agua, asfixiándose, así estaban ellos por buscar el significado de esas palabras en su memoria y no en  sus teléfonos.

Y ese no es un tema de una universidad,  es un tema mundial, esta generación es más dependiente de la tecnología, que al final no les hace tanto bien; tener conocimiento sobre su uso eficiente hace que nosotros los más adultos no podamos caer en esta esclavitud tecnológica, pero tampoco hacernos enemigos de esta gran herramienta.

A este problema se suma el nivel de lectura que cada vez es menor, pero ¿qué es lo que leen los jóvenes?, ah bueno, eso es algo sencillo, leen textos cortos que tengan morbo, denigración, maltrato y burla, también ven videos donde se ridiculiza a muchas personas y eso les encanta porque se comparten y se hacen ese tipo de cosas que se llama “Viral”.

No quiero que dejen de leer eso, al final ayuda a relajarse o tomar conciencia de las cosas, porque es el TIEMPO es un recurso no renovable, hay que utilizarlo eficientemente, así como los recursos y seremos sabios, con mucho tiempo para los amigos que tienes cerca, a los que puedes tocar y ver en persona, no los miles de tu cuenta que en muchas ocasiones ni sabes quienes son o de donde son.

Tienen el mundo en sus manos, cámbienlo de manera positiva, aprendamos a compartir cosas buenas y no esas donde te piden o te obligan a compartir “cadenas” de cosas que no se sabe que tan ciertas son, en este mundo globalizado la tecnología avanzará a pasos agigantados y nosotros no tenemos otra opción que correr tras de el,  pero tenemos la opción de escoger lo que me beneficia de ella.

Me atrevo a decir que serán muy pocos los que lean este pequeño artículo hasta el final, pero se al menos uno lo hará y ese uno será más que suficiente para empezar este cambio generacional, donde debo entender que un teléfono me ayuda y facilita la vida, no todo lo contrario que me atrasa y en ocasiones quita la vida.

El poder no está en tus manos, el poder de decisiones esta en tu mente, se diferente que no te avergüence leer un libro en físico, que no te avergüence saludar a tus compañeros viéndoles a la cara y sin estar hipnotizado en tu teléfono.

 

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