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Nos Quedamos En La Época De Los Balones Cuadrados

Mientras otras selecciones centroamericanas como Panamá, Honduras y Costa Rica siguen creciendo futbolisticamente; nuestra Selecta se a quedado estancada.

El combinado canalero se convirtió en la cuarta selección centroamericana en ganar un boleto para la máxima justa futbolística la cual se llevara a cabo el próximo año en Rusia.

Las circunstancias se desarrollaron en una jornada dramática, en la que Trinidad & Tobago ya sin posibilidades de clasificar y contra todo pronóstico derrotó a Estados Unidos quien dependía del mismo para alcanzar el pase al mundial. Esto dejó el camino abierto para que bien Honduras o Panamá tuvieran posibilidades de entrar directamente, y así fue, ambas escuadras ganaron sus respectivos duelos quedando empatados en  puntos, donde la diferencia de goles fue la que mando al equipo catracho a una última oportunidad en el repechaje contra Australia.

Pese a que el juego entre ticos y canaleros estuvo cargado de polémica, especialmente por el  “gol fantasma” con el que Panamá empató momentáneamente  el encuentro y que abrió la brecha para que al minuto 88 el capitán Román Torres hiciera estallar de alegría a una nación entera tras conseguir el tanto que les brindara la victoria, nadie ha condenado tal error arbitral.

La verdad es que el tema de los panameños no es nada nuevo, en la hexagonal anterior estuvieron a punto de meterse al repechaje y dejar fuera de posibilidades a México, dos goles en tiempo de compensación en el último juego contra Estados Unidos fueron los que en ese momento lo dejaron eliminado.

También en la semifinal de la Copa Oro del 2015 fueron víctimas de réferi estadounidense Mark Geiger quien en esa ocasión señaló dos penales inexistentes a favor de México, los cuales le brindaron  a la selección azteca la posibilidad de avanzar a la final y posteriormente lograr el campeonato.

Pero el fútbol tenía una revancha para los dirigidos por el estratega colombiano Hernán “El Bolillo” Gómez, la cual llegó dos años más tarde. Esto deja claro que cuando los procesos futbolísticos se administran de la manera adecuada, los resultados son positivos y evidentemente el nivel aumenta.

Todo este preámbulo expuesto, lo hago con la intención de evidenciar que las distancias del fútbol se han acortado y en Centroamérica no es la excepción; bueno, ese es el caso para las federaciones que están siendo bien administradas.

Nuestro país, El Salvador fue la primer nación en clasificar a un mundial (México, 1970)y 12 años más tarde lo lograrían nuevamente (España, 1982). Pese a que no tuve la oportunidad de vivir en ese tiempo, pero con lo que me he documentado al respecto gracias a leer, ver documentales y escuchar a personas que si lo vivieron, me atrevo a decir que fue la época dorada de nuestro fútbol, tiempos en que los jugadores defendían los colores de nuestra bandera con cuchillo entre los dientes.

Con el paso del tiempo al igual que otras cosas, el fútbol también ha evolucionado. Desde sistemas tácticos, preparación física, cuidado nutricional de los deportistas, infraestructuras. Entre otros.

Todos estos elementos se integran para formar un mecanismo de trabajo dinámico el cual permite plantearse objetivos a mediano y largo plazo, donde debe estar contemplada la formación deportiva desde los primeros años de vida. Esto solamente es posible cuando existe una administración correcta de los fondos públicos que son delegados a los entes respectivos de desarrollar el deporte.

Para desgracia nuestra, esa evolución no ha sido posible en el país, parece que nos hemos quedado atascados en el tiempo y que lejos de progresar, algunas veces damos pasos hacia atrás.

En fin, los problemas siempre han estado,  en el 2013 se hizo del conocimiento público un caso muy conocido por la mayoría; el tema de los amaños, algo que significo una terrible ofensa para la afición cuscatleca, jugaron con la ilusión y sentimientos de los miles de personas que alientan sin descanso a su selección partido tras partido.

Atribuir culpas en este tema, quizás sea lo más fácil, pero pienso que es  bastante complejo, donde casi todos los sectores estamos involucrados.

Con la llegada del profesor Eduardo Lara al frente de la selecta, las sensaciones han sido bastante positivas, ojala que esto continúe así, pero está claro que una sola golondrina no hace verano, por lo que es necesario brindar el apoyo adecuado si se quiere seguir avanzando.

En el caso de los jugadores también considero que hay mucho por mejorar, especialmente en el sentido profesional. Nuestro futbolista por naturaleza se caracteriza por su buena técnica con el balón, por la picardía y el buen fútbol; pero lamentablemente la mayoría padecen de arrogancia que es la que les impide trascender aún más.

Algunos, pues hay excepciones, apenas debutan en primera división y se les olvida el barrio, colonia o cantón del que proceden. Cuando tienen la oportunidad en el fútbol extranjero, generalmente fracasan por eso mismo.

Se preocupan más por su corte de cabello y por sus seguidores en las redes sociales que por seguir mejorando como profesionales. Pasan más pendientes de las historias en Instagram que de los trabajos desarrollados en los entrenamientos.

En lo personal, confío plenamente en el talento salvadoreño y creo que solamente necesitamos ser más ambiciosos, tener una visión más amplia y poner en marcha proyectos que se apeguen a nuestras necesidades.

foto: Archivo digital La Prensa Gráfica

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