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Media taquilla y like para acompañar el luto

Pimentel perdió a su hijo de 12 años, Marco Antonio, a su esposa Rosa de Pimentel, a su suegra, Silvia Jaco, a su cuñado, Carlos Ernesto Jaco y a la novia de su cuñado, Tania Monterrosa

Foto: Cortesía canal 19

Qué mal que el Sonsonate F. C,  no suspenda el encuentro que tiene pautado hoy contra FAS; su preparador físico, Omar Pimentel perdió a 5 familiares y eso parece no haber calado en ninguno de cuantos lo representan.

Que mal, que uno de los mejores árbitros del país, reconocido a escala internacional tampoco se haya negado hasta esta hora a participar en el encuentro y que no se solidarice con su negativa a pitar a sabiendas que mientras se luzca con su uniforme y la destreza de lo que hace, Pimentel llora a sus cinco muertos.

Que mal, que todos los equipos de Primera, Segunda, Tercera división y las de Ascenso no paren el fútbol en señal de solidaridad con un hombre de los suyos, con un salvadoreño que está sufriendo.

Que mal que la FESFUT no tenga la suficiente fuerza de dar una lección de solidaridad, no solo con globos, con apoyo real y económico.

Que mal que un país no esté de luto por él y por los 16 muertos de cada día, que ya no se haga sentir con solidaridad, con amor, que acompaña a un pueblo que a diario pierde a los suyos con la muerte o con la migración.

¿Qué nos pasa? han argumentado que le darán: “la mitad de la taquilla” y claro, la ayuda económica siempre es necesaria, pero entonces porque no se la dan toda.

Que mal, si los ciudadanos seguidores del Sonsonate y del FAS van a ese partido, porque entonces demostrarán que tampoco son solidarios, irán a gritar a las gradas, a cantar palabras ofensivas, a emborracharse por el que gana y por el que pierde, dejando solo a un hombre que es de los suyos.

La violencia se ha normalizado, explica la Psicóloga, Orquídea Elías, de tal manera que la asumimos sin hacer nada al respecto, sin ponernos en los zapatos de las víctimas que sufren directamente las pérdidas.

Pimentel perdió a su hijo de 12 años, Marco Antonio, a su esposa Rosa de Pimentel, a su suegra, Silvia Jaco, a su cuñado, Carlos Ernesto Jaco y a la novia de su cuñado, Tania Monterrosa.

Aún no conocemos las motivaciones de estos asesinatos los cuales se dieron en plena campaña política, pero independientemente de ellos, no podemos quedarnos solo asumiendo la noticia.

Si fueran los tiempos de los movimientos estudiantiles de los 70 y 80, los jóvenes ya habrían levantado su voz y se hubieran hecho sentir con una marcha pacífica, reclamando paz y justicia, porque los like no alcanzan para asumir el dolor, para vivir el luto ¿qué ofrecemos nosotros y las nuevas generaciones a las víctimas?

Hace unos años en Ciudad Barrios una niña que fue reina de las fiestas patronales fue asesinada y también pensé que la alcaldía pararía las celebraciones, pero no fue así, luego creí que el pueblo no asistiría y asumiría con responsabilidad que el dolor, la pérdida de un salvadoreño es de todos, pero no fue así y hubo baile, borrachos, cohetes, risas, coronaciones mientras una familia lloraba; hoy es lo mismo, habrá fútbol, habrá gritos, borracheras, habrá taquilla.

La muestra de afecto con los globos blancos pautada por la Liga Mayor de Asenso en los estadios, es un gesto plausible, pero será como los like; también se debería probar la fuerza del fútbol, del deporte pidiendo paz, haciendo una pausa nacional que se sienta  y luego, retomar la prevención a través de este, con toda su fuerza.

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Redacción UNIVO NEWS

Equipo de periodistas, estudiantes, editores y productores de la Carrera de Comunicaciones de la Universidad de Oriente UNIVO.

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