Cajitas de fósforo
Por: Farid Alexander Rivas/Periodismo y Literatura
Una calle estrecha, rodeada de terrenos planos con cultivos de maíz, en los que se cimentan unos cuantos sencillos hogares y entre los cuales se pueden ver niños con la cara sucia, pero con una muy grande sonrisa plasmada en su rostro; mientras corren y juegan por doquier; el ver todo esto anuncia que la colonia está a tan solo unos cuantos metros.
Una pequeña cuesta medianamente empinada representa el génesis de una de las colonias más grandes y pobladas de la perla de oriente: La Ciudad Pacífica.
En el recorrido, más temprano que tarde, es evidente el usual movimiento económico en este lugar para ser solo una colonia; ya que se puede ver una pequeña plaza en la que los habitantes de la primera etapa del recinto urbano sacian sus necesidades de consumo.
Casas muy pequeñas pero bonitas y pintorescas son la viñeta de presentación de la comunidad, era de esperarse, ya que, estas casas fueron construidas hace tan solo un par de años, pero los primeros vestigios de esta colonia se pueden observar al adentrarse un poco más en ella, pequeñas casas en las cuales es posible notar los aproximadamente 25 años que tiene esta comunidad.
Al seguir recorriendo el lugar, las ganas que tiene la gente de ganar su dinerito se hacen cada vez más notables, muchos y pequeños negocios están a la orden del día; para el hambre, están los comedores y pupusas; para productos de primera necesidad, las tiendas pequeñas y grandes comerciales, entre otros como: parques, veterinarias, clínicas, laboratorios, ventas de ropa, escuelas, colegios, hospitales privados y hasta un Pollo Campestre; mucha gente afirma que solo la alcaldía hace falta… esto hace que la necesidad de salir hacia el centro de la ciudad de San Miguel para hacer diligencias, cada día sea menos.
Al llegar al punto más alto del terreno en subida en el que esta comunidad se cimentó, se cuenta con la oportunidad de tener una de las vistas más privilegiadas frente al imponente volcán Chaparrastique, un lugar en el que cualquiera quisiera pasar una tarde con su familia.
La Pacífica, cuenta con una población tan significativa y diversa, que cada día en el que se puede salir existe la oportunidad de ver y conocer gente nueva que nunca habías visto. En las cajitas de fósforo (como alguna gente les llama a las casas por su reducido tamaño), vive gente pobre, pero muy honrada y trabajadora, gente que no le importó endeudarse 25 años con el banco para poder tener un pedacito propio en donde vivir.