EditorialOpinión AcadémicaReflexiones sobre el COVID19

Entre el covid19 y la necesidad de llevar comida a casa

 “Señor presidente entiendo su gran corazón, pero esta gente es insensata., no entiende lo toman como charlatanería no pueden esperar no les da vergüenza no quieren al país se dejan enganchar que hagan molote la que verdaderamente necesita es más prudente. Qué ambición.” Eso fue lo que escribió un político de Morazán, de GANA (lo pasé así, sin signos de puntuación como él lo publicó), pero la ortografía es lo de menos, aunque está escrito por un profesor, lo que pesa es la carga de responsabilidad que le deja a la gente, del problema ocasionado esta mañana por el cobro de $300 que prometió el gobierno.     

“Dios nos ampare, aunque no sé si lo merecemos” fue la frase con la que remató el presidente esta tarde sobre el tema, aunque fue su administración que falló en la organización de la entrega de la ayuda y que de acuerdo a médicos y políticos, pusieron en grave riesgo a la población.   La administración Bukele también hizo el llamado a hacer las consultas en una página que al principio colapsó y fue hasta hoy que habilitaron un número de teléfono, para los que no tienen acceso a internet.                                                                                                                             La acción de la gente, buscando un paliativo para su necesidad económica, recibió como respuesta el cierre de los Cenades, que la UMO les haya rociado gas lacrimógeno y que se hayan regresado  a sus casas sin información y con las manos vacías.

¿Qué falló en los cálculos de un gobierno calculador? En primera instancia la mala organización y la no descentralización; el afán de protagonismo en estos días se ha elevado a la máxima potencia, algunos buscan sacar raja política y el mandatario no ha dejado espacio para que otros actores locales tengan un rol protagónico en ayudar en sus territorios.

“Ni Miguel Pereira va a poder solo con esta pandemia, ni el Presidente de la República va poder solo, se trata de sumar esfuerzos” dijo el alcalde migueleño durante una entrevista; un día antes el mandatario ordenó que la comuna cesara de realizar pruebas de temperatura a las personas del municipio.

Fila de personas fuera de un banco en Santiago de María, Usulután/foto: Ángel García

Y la gente ¿por qué estaba en las calles haciendo fila pese a un decreto de excepción y a la vulnerabilidad de contagiarse con la enfermedad? algunos cibernautas, como el de Morazán argumentaron que: “no quieren al país” una frase que ya hace eco desde hace meses, también por “ambición”, porque “no entienden”, por “falta cultura”, tratemos de entender este fenómeno.

Para el sociólogo Rudis Flores, lo que pasó esta mañana es el reflejo de las condiciones de vida que genera el sistema para las personas más desprotegidas, para los que a diario tienen que salir a ganarse $3, $2. O $1 diario.

Por otra pate, de acuerdo a Internet World Stats (IWS), en El Salvador hasta 2019 el 57.4% de la población, es decir, 3.7 millones de usuarios tienen conexión a internet, lo que implica que un 42.6% aún no puede pagar estos servicios, probablemente la mayoría de los trabajadores informales y familias más pobres, por lo que podemos intuir que no se les puede exigir a todos de igual manera que realicen las consultas en red, cuando no tienen acceso a este.

Noam Chomsky, reconocido lingüista y politólogo estadounidense señala que entre las estrategias de manipulación mediática está:  reforzar la autoculpabilidad, “hacer creer al individuo que es solamente él el culpable por su propia desgracia, por causa de la insuficiencia de su inteligencia, de sus capacidades, o de sus esfuerzos. Así, en lugar de rebelarse contra el sistema económico, el individuo se autodesvalida y se culpa, lo que genera un estado depresivo, uno de cuyos efectos es la inhibición de su acción”.

Por ello la frase: “Dios nos ampare, aunque no sé si lo merecemos”, antecedida de la autoculpa, logra que la respuesta sea de apoyo hacia él y de rechazo a la gente que decidió ir en búsqueda de los $300.

Por otra parte, la iniciativa gubernamental hubiera dado mejores resultados con un mecanismo eficiente de entrega, que debería pasar por la descentralización, apoyarse en las municipalidades que son quienes en el territorio podrían maneja grupos más pequeños de personas.

El gobierno debe basar sus estrategias en estudios socioecómicos que las instituciones realizan o solicitárselas, actualizar censos, pedir colaboración de actores locales. Para asegurar la transparencia;  planificadores sugieren que bien podría nombrar 262 auditores, uno por municipio, para apoyar el proceso.

Además, antes de iniciar una convocatoria, hacer énfasis en el autocuido, la distancia, si es posible marcar los lugares donde van a estar para que se cumpla, no permitir aglomeraciones, dar información clara, hacer llamados en orden alfabético, por grupos.

Podemos concluir de este día que la gente está resintiendo no poder llevar comida a la casa, como bien lo señala el sociólogo Flores, que el mecanismo para dar la ayuda no fue el mejor, añado: que el gobierno debe descentralizar y buscar aliados como las alcaldías, para poder seguir en cuarentena. Y la lección mayor es, apostarle más a la educación, porque si un profesor piensa en esta coyuntura que la gente es la: insensata, charlatana, sinvergüenza, ambiciosa, por tratar de conseguir para el sustento $300 que no pidió, sino que le prometieron, estamos demasiado mal.

Los bancos alinearon a las personas, aunque no guardaron la distancia; Santiago de María, Usulután/foto Ángel García.
Liliana Fuentes de Ventura es periodista, profesora de Comunicación Política en la UNIVO.
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Redacción UNIVO NEWS

Equipo de periodistas, estudiantes, editores y productores de la Carrera de Comunicaciones de la Universidad de Oriente UNIVO.

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