Por: Milena Hernández
En los últimos años, el reguetón se ha convertido en uno de los géneros musicales actuales más escuchados, este tipo de música apareció por primera vez durante la década de los 90 en Puerto Rico y fue en el año 2010 que tuvo su máximo esplendor.
Sin embargo, a pesar de ser un estilo pegadizo para muchos; la niñez es el sector de la población que resulta más vulnerable ante los efectos que produce el reggaetón; según un estudio de la Universidad de Helsinki (Finlandia), llevado a cabo por un grupo de estudiantes de postdoctorado del Cognitive Brain Research Unit (CBRU), escuchar reguetón promueve un deterioro cognitivo prematuro.
En dicho estudio, también, se afirma que es culpa de “las melodías pegadizas y sus letras fáciles de recordar, los que llevan a nuestras neuronas a un estado en el que no tienen que esforzarse”.
Asimismo, sin intención de generalizar, se sabe que gran parte de las letras que conlleva dicho género, contienen mensajes demasiado explícitos o sexualizados que están fuera de la comprensión de los niños; por lo que, en un estudio realizado por Daniela Muñoz, Psicóloga mexicana, expresa que «están exponiendo a los menores a un tipo de abuso que provoca un desarrollo precoz e inadecuado».
Además; en su informe señala que algunas de las consecuencias en los infantes que escuchan este ritmo pueden ser comportamientos agresivos, angustia, comportamiento sexual, comienzo de la vida sexual a edad temprana e incluso a largo plazo pueden llegar a padecer trastornos psicológicos como la falta de autoestima, trastornos alimenticios, consumo de sustancias y depresión.
Finalmente, se reconoce que es responsabilidad absoluta de los padres supervisar la música que escuchan sus hijos, contribuir a respetar el desarrollo físico y emocional de los menores e inculcar valores en ellos hasta que tengan la edad adecuada para que puedan discernir y enfrentar las diferentes expresiones musicales.
