EN LA DINÁMICA ECONÓMICA Y SOCIAL, ANTE LA PRESENCIA DEL VIRUS COVID-19 Y SU INCIDENCIA EN LA VIDA DEL SER HUMANO
Por: Licdo. Ever Israel Martínez Reyes/Presidente ADEL San Miguel
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Queda demostrado que las economías no pueden dinamizarse por sí solas y que el modelo de neoliberalismo de los mercados no funciona sin una política pública clara y como evidencian los errores
La realidad que se está viviendo en el mundo evidencia una serie de errores en la dinámica de los mercados producto del Modelo Liberalista en el cual se cree que los mercados pueden manejar la dinámica de la economía y, por ende, todos los otros escenarios vinculados al desarrollo de las personas, entre ellos la salud.
La experiencia que estamos viviendo en este momento demuestra lo contrario y queda expuesto que ante una crisis de la magnitud de la Pandemia provocada por el virus Covid-19 el Gobierno debe proponer estrategias que permitan encontrar el equilibrio para mitigar los efectos negativos provocados a la economía, la salud y al ámbito social de los habitantes y las empresas, a través de políticas públicas que garanticen el bienestar de la sociedad en todas sus dimensiones.
Después de varias reflexiones se puede decir que ante una crisis nadie está preparado, ni los gobiernos, ni las empresas y menos los grupos familiares, esto es una premisa que debería ser incorporada a los procesos de formación ya que en la actualidad se enseña solo a dirigir políticas públicas y privadas en escenarios normales con variables controlables y con poco nivel de riesgo. De hecho, los gobernantes, empresarios y los demás actores planifican en escenarios normales y que históricamente las generaciones no tienen memoria histórica cuando se trata de considerar este tipo variables, las cuales afectan sin discriminación al mundo entero, dejando en evidencia la limitada capacidad de respuesta para hacerle frente a este tipo de escenarios.
También es importante reconocer que unos países quedan más en evidencia que otros en el manejo de la integración de sus políticas públicas y privadas sobre las cuales se fundamenta el desarrollo de un país y el papel de los principales actores locales a través de sus planes de reacción ante la presencia de crisis a las que pueden estar expuestas las sociedades, a esto se le suma la poca y en muchos casos mínima Investigación Científica quese promueve a través de los gobiernos y las instituciones educativas, una mayor inversión en este rubro permitiría en alguna medida estar preparados ante los diferentes riesgos que enfrenta la humanidad, ya que, con el grado de respuesta que se ha tenido ante esta crisis ha quedado comprobado que el modelo educativo desarrollado en algunos países no está en correspondencia a la dinámica de vida actual, la cual puede cambiar súbitamente producto de una compleja intervención de variables, poniendo en un riesgo más alto a la humanidad, producto de los desórdenes en el área económica, salud, medioambiente y demás indicadores que están incidiendo en el mundo entero.
Por ejemplo si se analizan los riegos financieros en la crisis provocada por el Covid-19 se puede manifestar que ha existido exceso de riesgos en todos los niveles, llámese gobierno o empresas, producto del esquema interno de trabajo, el cual en este momento se enfoca a potenciar la capacidad productiva, el fin último es generar más riquezas y se han olvidado de temas tan importantes como la construcción de equipos de trabajo poniendo al centro de desarrollo la persona como eje fundamental de la prosperidad, lo que también ha creado un impacto evidente en las familias, ya que ha faltado la revalorización de los grupos familiares, quienes algunas veces pierden la visión de seres humanos y han caído en la trampa financiera, que les crea niveles de endeudamientos que sobrepasan su capacidad de pagar, producto de la perdida de manera individual, de una política de prudencia financiera, que debe ser implementada a discreción de acuerdo a cada caso.
Aún más, en países considerados como potencias desarrolladas, especialmente los que conforman el G-7, quienes ante esta crisis han reconocido carencias fundamentales vinculados a servicios básicos para su población entre lo que se puede mencionar que los hospitales no tenían las camas suficientes ni los respiradores necesarios para dar la asistencia oportuna a los pacientes ante una situación como esta y en el caso de las empresas que su política de funcionamiento es la de inventario justo a tiempo, este modelo funciona muy bien en tiempos y en escenarios normales , pero no, en uno caótico como el que enfrentamos.
Algunos países como EEUU han hechos recortes importantes en temas relacionados con la Investigación Científica y reducción de fondos de los Centros de Control de Enfermedades, estos recortes debilitan las políticas públicas de protección a la humanidad relacionadas con nuevas epidemias y enfermedades, incrementado el nivel de vulnerabilidad de la sociedad civil.
El fracaso del Modelo Neoliberalista debería representar un gran desafío para las políticas implementadas por los gobiernos en beneficio de la sociedad civil, porque cuando se tiene un sector público insuficiente financieramente, manifestado primero por el nivel de endeudamiento que adquiere y segundo por la perdida en la capacidad de desarrollo de país porque sus fondos fueron invertidos en salvaguardar la salud de sus habitantes, debe analizarse las estrategias a implementar ya que estas condiciones llevan a los países y especialmente a los subdesarrollados a un nivel de pobreza que impacta todo esfuerzo que se pueda impulsar disparando los indicadores económicos y sociales, dejando en evidencia que las políticas públicas no tienen congruencia con las políticas privadas, generando así fugas de inversiones que dañan la estabilidad de un país, sumado a esto los países se polarizan con interés de partidos políticos que no están algunas veces en la dinámica del país, boicoteando la capacidad de enfrentan las crisis, como un equipo que vela por los interés del pueblo, en donde se le garantice la salud, el bienestar económico y social a sus habitantes.
En este momento tenemos una alerta sobre las diferentes decisiones que toman los gobernantes a nivel de país y en otros casos a nivel regional, las cuales pueden provocar la caída económica a niveles preocupantes, dando reacciones demasiado tardías relacionadas con el análisis del nivel de riesgo, que cada país enfrenta, los cuales no son iguales para todos, en este momento de crisis existe mucha preocupación por la viabilidad de los diferentes proyectos de país, así como los regionales, siendo necesario medir la capacidad de reacción de cada uno, evaluando si las estrategias implementadas han sido buenas, esta respuesta se validará a través de los resultado y en función de los indicadores, permitiendo establecer la eficiencia o la ineficiencia de las políticas públicas, implementadas en el manejo de la crisis provocada por la Pandemia Covid-19.
Con esta prueba el mundo cambió y es acertado repensar el modelo de desarrollo que se debe seguir, excluyendo paradigmas que obstaculizan la razón y la inteligencia, tenemos que analizar a fondo cómo mejorar la producción con igualdad y enfocados hacia la sostenibilidad ambiental, ya que el planeta está enfermo en todas sus dimensiones, y es la sociedad quien debe revisar los entornos medioambientales, económicos, así como los modelos de desarrollo, quizá esta pandemia nos está diciendo que no podemos seguir como estamos, tendríamos que rescatar lo mejor de lo mejor, para que el mundo reflexione y mejore su visión, retomando factores claves como biodiversidad, producción amigable con el ambiente, en la búsqueda constante de la sobrevivencia de las especies en el planeta, comprendido que no estamos solos y que debemos coexistir de manera pacífica con toda la creación.