Haciendo piscuchas con los niños
Estudiantes de Periodismo y Literatura compartieron una mañana con infantes de la colonia Milagro de La Paz
fotos: Enrique Coreas
Los estudiantes de la catedra de Periodismo y Literatura, de la Universidad de Oriente (UNIVO) decidimos hacer un acto de bondad de fin de año antes de terminar nuestras clases e irnos a vacaciones.
Llevar una mañana alegre y realizar un taller de piscuchas era nuestra misión con un grupo de niños de la Colonia Milagro de La Paz, de la ciudad de San Miguel. Nos organizamos en cinco grupos, cada uno integrado por 10 personas para llevar un refrigerio, golosinas e inclusive, un par de piñatas para que los pequeños se divirtieran; asimismo, los materiales para enseñarles como hacer piscuchas: varitas de coco, papel, bolsas plásticas, tirro, pegamento, hilo plástico y algunas piscuchas ya hechas para obsequiárselas.
Nuestro punto de reunión era frente a la UNIVO a las 9:45 A.M. Pues ahí nos esperaba el transporte; un enorme camión blanco el que nos moveríamos hacia nuestro destino; todos se encontraban muy emocionados y se sentían felices de participar en esta causa.
Una vez ahí, todos empezaron a bajar las cosas que llevábamos para departir junto a los niños; los chicos comenzaron a armar el canopy donde se llevaría a cabo el taller de piscuchas y las señoritas empezaron a organizar los alimentos para entregarlos de forma ordenada.
Dio inicio el taller, donde algunos compañeros les enseñaron paso a paso como hacer una piscucha con materiales que pudiesen conseguir en cualquier parte, los pequeños estaban muy interesados y observaban con atención el procedimiento, a cada uno se les dio material para que crearan una piscucha ellos mismos, siguiendo las instrucciones de quienes les enseñaban. Al concluir, otros dos compañeros les hicieron pinta caritas, las niñas se pitaron mariposas, orejas y bigotes de gato y los niños bigotes, barbas y cejas, y también un diseño de la máscara de Spider Man.
Posteriormente se les entrego un pequeño refrigerio a cada niño, sándwiches, galletas y gaseosas; para recibirlos se alborotaron, pero rápidamente les pidieron organizar una fila para hacerlo de forma ordenada, estaban muy ansiosos por recibir su refrigerio. Mientras esto sucedía, frente a las puertas de las casas se podía observar a los padres viendo y cuidando a sus hijos.
Al culminar con la entrega y luego de que todos terminaron de comer, proseguimos con la quiebra de las piñatas, una de princesa para las niñas y la otra con forma de balón de fútbol para los niños, fue el momento en el que más se emocionaron, se lanzaban al suelo sin cuidado alguno a recoger los dulces luego de que salían volando del interior de la piñata, todos reían y gritaban “¡Dale duro!”, “¡pegále fuerte!”. Cuando destruyeron las piñatas se les entregaron bolsitas de dulces y sorpresitas, para quienes no pudieron recoger de la piñata, no se quedarán con las manos vacías.
Por último, hicimos la entrega de las piscuchas ya hechas a cada uno para que se divirtieran luego de que nosotros nos fuésemos, algunos corrieron con ellas, sin ponerles hilo, otros las guardaban celosamente para llevarlas a sus casas y luego salir a elevarlas; nosotros nos fuimos con la sensación del deber cumplido, de haber dejando felices a los niños por un rato, con sus nuevos juguetes temporales, pero seguros que el nuevo conocimiento que adquirieron algunos lo pondrán en práctica y podrán jugar a sus anchas en esa zona donde aún en este tiempo se elevan piscuchas.
https://www.youtube.com/watch?v=WnSVucJvYoQ