Desde hace 28 años este experimentado lanchero muestra la zona a los visitantes y además cuenta sus historias y leyendas
Por: Rina Valladares
En Nuevo Edén de San Juan, departamento de San Miguel, se encuentra un destino turístico de El Salvador que se caracteriza por ser el escenario laboral de muchos lugareños.: el río Lempa.
Entre ellos se encuentra Miguel Hernández, quien desde joven optó por aventurarse sobre las majestuosas aguas de esta joya natural, acumulando hasta la fecha: 28 años de trabajar como viajero en lancha.
En el año 1991, decidió dedicarse a transportar personas por el río; empezó con lanchas pequeñas que podían trasladar de cuatro a siete personas y a medida que pasó el tiempo, pudo prosperar.
Fue así como siguió trabajando con otras más grandes, sus recorridos comenzaron en lugares cercanos que a los turistas les gustaba conocer, como la Piedra El Sapo, la Piedra Rajada, la junta entre el Río Torola y el Río Lempa donde se supone fue derribada una avioneta, de la cual no hay restos en el lugar.
Para esos momentos el municipio no contaba con el actual puente, sino que estaban las balsas donde cruzaban el bus, los carros y otro tipo de vehículos, eso era para las personas que viajaban fuera del pueblo y necesitaban ir a hacer sus compras u otras actividades cotidianas.
Años después, tomó la decisión de transitar a personas que vivían cerca de las orillas del río, algunos de estos lugares son: Las Pampas y El Vado Lagarto.
Dichos habitantes, viajaban por sus necesidades de comprar lo básico el día lunes, día de comercio en el municipio, al igual personas del país vecino: Honduras, las cuales bajan para ir a Sensuntepeque, Cabañas o simplemente al pueblo. Hasta ahora, don Miguel las desplaza desde la junta de los ríos hasta la entrada principal.
Asimismo, en el mes de enero bajan al pueblo ya que desde este lugar hacen la excursión a Esquipulas, Guatemala y de esa manera necesitan cruzar el río.
Algo curioso es que cuando regresan, traen consigo recuerdos, para obsequiar a los lancheros, mientras que los pueblerinos los reciben tirando cuetes de vara.
Este oficio, no solo la realiza Hernández, también hay otros lancheros, incluyendo a su hijo Fredy Hernández, quien relató que desde sus 12 años navega con su padre, él ahora cuenta con 23 años de edad y aseguró que piensa seguir el ejemplo de su padre hasta que Dios le preste vida.
Estos emprendedores narraron algunas de sus experiencias, hay días buenos, como malos, épocas buenas y otras no tan buenas; por ejemplo: en tiempos de invierno es difícil trabajar y muchas veces han sufrido pérdidas de lanchas o motores de estas y hay bajas en las ganancias.
Por otra parte, la construcción del puente en el año 2006, hizo que las balsas desaparecieran del río, pero los lancheros decidieron quedarse haciendo viajes a los visitantes, don Miguel dijo que “la construcción del puente me dio beneficio”, ya que así es más fácil transitar.
Don Miguel, es muy reconocido por su trabajo en diferentes partes del país, ha desempañado labores importantes como lanchero, prueba de ello es que en 2019 colaboró con unos ingenieros, ayudando a explorar los cerros que rodean al río.
El objetivo de éstos era abrir un túnel para tener una salida de agua, su trabajo era entrar en dicho lugar y revisarlo; todas las oportunidades que se le presentan a don Miguel son por conocer la zona y por su experiencia en el rio, pues sabe dónde puedes nadar o no, la profundidades, entre otras cosas.
Por su parte, Ramón Calderón, proveniente del municipio de San Gerardo del mismo departamento, expresó que “el servicio de don Miguel me satisface, conocer el río en su lancha junto a él me da seguridad”.
Así pues, con respecto a los últimos meses, Hernández manifestó que ha sentido que su momento ha llegado, esto debido que el río Lempa ya no es un sitio común, sino que ahora es oficialmente un centro turístico.
En ese sentido, el lugar ha experimentado un cambio increíble que puede medirse al triple, incluso más al comparar con años anteriores, ahora es visitado por turistas nacionales e internacionales, “no hay día que descansemos con el cambio del lugar y esto simplemente nos gusta”, afirmó Hernández.
