La mejor manera de enfrentar esta crisis político-ideológica, es darnos cuenta que para ganar una elección, no es necesario pasar a toda costa por encima del otro
Redacción: David S. Bercián
Cátedra: Redacción por Medios de Comunicacion foto web
Se acerca el segundo evento electoral más importante en nuestro país: ¡las elecciones de alcaldes y diputados en cada departamento del territorio nacional, fiesta, que trágicamente se ha convertido en contienda.
Esto ha llevado según estudios realizados por el CID Gallup Latinoamérica, a que alrededor del 63% de los salvadoreños encuestados, no emita el sufragio en favor de ningún partido político, y a muchos otros, a pensar anular su voto este 04 de marzo.
En muchos lugares se observan las banderas de los diversos partidos políticos ondear, cada uno prometiendo ser el adecuado para gobernar; mas así también se ven candidatos revelando asuntos de la vida privada del otro, burlas, críticas y abusos de poder; fenómenos que alteran la tranquilidad e inducen al fanatismo del pueblo, generando así divisiones entre los salvadoreños.
¿Cómo esperamos ser un país desarrollado cuando la pobreza y subdesarrollo está en nuestras ideas? Es momento de abrir los ojos, de darnos cuenta que la verdadera política no es lucha, es celebración, no es dictadura partidista, es democracia y que no elige el gobierno, elige el pueblo y que éste puede cambiar de color y bandera como mejor le parezca, porque tiene el derecho de hacerlo.
La mejor manera de enfrentar esta crisis político-ideológica, es darnos cuenta que para ganar una elección, no es necesario pasar a toda costa por encima del otro, que no es necesario aparentar, prometer y pretender ser quien no se es para ganar halagos de la gente, que no es necesario brindar una mano cuando se tienen dos, que basta con ser uno mismo, ser sincero, honesto, capaz y actuar antes que anunciarlo, basta con proponer soluciones antes que proponer no votar por otro candidato. Se debería ganar no por ser menos malo que otro, sino por ser lo que el pueblo realmente necesita.
Las buenas ideas, las buenas propuestas, transparencia y empatía por las personas es lo que hace que cualquiera se gane el corazón, respeto y voto de la gente. Es tiempo de olvidar el pasado sin dejar de aprender de él y ver hacia el futuro con optimismo, creyendo que estamos a tiempo de transformar la realidad, que un verdadero cambio aún es posible.
Es tiempo de olvidarnos de los colores, banderas, nombres de partidos políticos o movimientos y enfocarnos en el candidato y sus propuestas. Es tiempo de abandonar el fanatismo, sistemas polarizados que te dicen qué es lo que debes hacer sólo, por el simple hecho de formar parte de ellos. Institucionalidades que bloquean la capacidad de pensar libremente de los jóvenes y niños para proponer soluciones al país que les pertenece y por el que es deber de todos velar.
Es momento de empezar a vivir como realmente debemos, como seres libres, capaces, como un pueblo soberano, racional e independiente, no sólo de otro país, sino de otras personas dentro del nuestro que nos digan qué decidir. La independencia radica en ti, la capacidad de elegir por ti mismo lo que quieres, lo que mereces.
¿Quieres un país mejor? Piensa mejor, Infórmate, visualiza la realidad y propone. Hay una solución real para nuestra nación y no es un partido, un movimiento, un candidato, un sistema, ni quedarte en casa sin ir a votar o anular tu voto, ya que sólo dejarías en manos de otro tu bienestar y el de tu familia. Es un ideal, el deseo de ver un El Salvador próspero y auto sostenible que empieza en ti, y que en tu voto se refleja al mundo. Tu voto también cuenta ¡Vamos a votar! ¡La solución real, eres tú!
Es tiempo de olvidarnos de los colores, banderas, nombres de partidos políticos o movimientos y enfocarnos en el candidato y sus propuestas»
