Una mujer en los surcos de la siembra del cañaveral
Susana ha tenido el coraje desde niña de trabajar en la venta ambulante, pero hoy realiza dos jornadas a pleno sol, para poder sostener a sus tres hijos y ayuda a su madre, gana para el día, es suficiente por ahora, dice.
Por: July Montoya
Aún no ha salido el sol, cuando Susana Mejía, una joven de 28 años de edad, sale de su casa en la comunidad Los Llanitos, a trabajar; es madre soltera, tiene tres hijos, dos niñas de 13 y 4 años de edad, y un niño de 8.
Susana salió embarazada a los 15 años, no había terminado sus estudios básicos, su pareja no tenía trabajo estable, es por eso que cuando nació su primera hija, se dedicó a la venta ambulante de enchiladas, en la caseta del cantón El Delirio, San Miguel y así pasaron los años, otros dos hijos llegaron, mientras, su pareja emigró luego hacia Estados Unidos y ya no se comunica con ella, ni le ayuda.
Desde que inició la cuarentena por la pandemia no ha podido trabajar en venta, por lo que se anotó en la siembra de caña, ya que en dicha comunidad buscan trabajadores cercanos y ella, agradece a Dios estar pasando la cuarentena en el país, en invierno, ya que es el tiempo que hay más trabajo en el campo. Además actualmente ella mantiene a sus hijos pues su pareja se fue en busca del sueño americano y ya no se comunicó con ella.
En esta época en Los Llanitos, los lugareños están en la siembra de maíz, ajonjolí y caña, trabajo que ella realiza; las jornadas van desde las 5:00 de la madrugada hasta las 9:00 de la mañana, ganando unos $6.00, dinero que lo utiliza para la compra de alimentos del día.
No obstante, dicho trabajo no es suficiente para suplir otros gastos en su hogar, así que ha optado por trabajar en la tarde, cumpliendo con el trabajo de ir “aterrando” la caña dice, es decir cubriéndola de tierra para que germine, trabajo que es realizado de las 2:00 hasta las 4:00 de la tarde, por la cantidad de $5 dólares.
Es así como logra recaudar $11 en el día, dinero que lo utiliza para también ayudar a su mamá en el hogar; por otra parte no solo se dedica a la siembra de caña, ella realiza los trabajos domésticos que le salgan.
“Para la siembra de caña, nos dan una tarea, que consta de 48 manojos de caña, si la logramos hacer ganamos $6.00 por la mañana de trabajo, si hacemos más nos incrementan $3 adicionales” comentó.
Por otra parte, con anterioridad, salía a lavar a las casa, aún lo hace pero ahora ha disminuido dicho trabajo, en tiempos de invierno aprovecha para trabajar en el campo.
Susana camina de su hogar hasta su destino de trabajo 15 minutos aproximadamente, en bicicleta hace 10 minutos, sale de su casa acompañada de su padre y hermano mayor quienes al igual que ella se dedican a las labores del campo para sacar adelante a su familia.
Don Mauricio Molina, dueño de la parcela y encargado mayoritario de las actividades agrícolas y cañeras, comentó que Susana es una de sus trabajadoras que siempre le dice si cuando la busca para que vaya a trabajar, nunca se niega, y es bastante “abusada” para el trabajo del campo, dijo, lo que significa que es una buena trabajadora.
Por ahora hay bastante trabajo en el campo, y en este caso en la comunidad de los Llanitos las personas encargadas de las parcelas ayudan a las familias de la zona brindándoles oportunidad de trabajo, para de alguna forma suplir algunas necesidades en este tiempo de emergencia.
“Desde pequeña, mi papá me enseñó el trabajo en el campo, ninguno de mi familia cuenta con un trabajo estable, siempre hemos servido y trabajado para alguien que nos busca, y de esa forma hemos sobrevivido, y lo seguiremos haciendo con la ayuda de Dios” expresó Susana. Así como Susana, en la zona hay más mujeres, que esperan cubrir las necesidades del hogar con trabajos en el campo, ya que si tenían algún emprendimiento lo han cerrado por la falta de clientes y de dinero.