Misión de acercar la Iglesia con el deporte
Fotografías: Vida Nueva Digital/ Sprortsven/ Orden Franciscana Seglar de México
Los 33 juegos Olímpicos, que se celebrarán en Paris en 2024, contarán con el Francés Emmanuel Gobilliard, de 53 años de edad, quien es actualmente obispo Auxiliar de Lyon, un obispo conocido por su entrega como deportista, apasionado y reconocido por su experiencia en en tenis, fútbol y judo, según lo reporta Vatican News.
Los próximos Juegos Olímpicos contarán con un delegado episcopal, designado por el papa Francisco, y de esa forma cumplir con la misión sin precedentes, ya que en el pasado 2018 durante el Sínodo de la Juventud, fue el encargado de organizar un torneo de fútbol entre los jóvenes participantes y los obispos.
Tras ello, el papa Francisco subrayó en los Juegos Olímpicos de Tokio recientemente concluidos un signo de fe y esperanza, en medio de la pandemia por el COVID-19, sumando a ello el pontífice es hincha aficionado del fútbol, del club argentino San Lorenzo y ve el deporte como un gran medio de fraternidad entres los pueblos.
La Iglesia Católica nombró al obispo Emmanuel Gobilliard a cargo de las misiones especiales durante los juegos y se contará también con la presencia del obispo Philippe Marsset, obispo auxiliar de París, quien estará a cargo de las dimensiones pastoral del evento, y de esa forma, el obispo Luc Ravel, arzobispo de Estrasburgo, será el responsable de las federaciones deportivas.
La misión del obispo Emmanuel, será conectar a las personas entres si, para garantizar el mensaje en Paris 2024 llegue a todos personalmente, recordando siempre el legado de la Iglesia, lo cual es, que ha estado históricamente presente en los ámbitos deportivos , en los que han sido fundadores sacerdotes y religiosos.
En ese sentido, la Iglesia quiere demostrar que apoya el deporte en todos los sentidos, como también dada la gran cantidad de virtudes que se puede obtener con la disciplina del cuerpo, y por supuesto el gran trabajo en equipo que conlleva.
Asimismo, recalcando que la sana competitividad muestra que siempre es posible dar lo mejor de cada uno, y claro, luchar por el propio equipo, aplaudiendo y aplaudiendo el buen hacer de los oponentes, siendo claros, en la manera de evitar conflictos derivados de rivalidades.
«Existe una dimensión competitiva para cada ser humano., expresarlo en el deporte evita expresarlo en otro lugar», manifestó el obispo Emmanuel.
Constatando que en las próximas Olimpiadas además de la fraternidad, habrá un reconocimiento por la vulnerabilidad y discapacidad, como valores deportivos importantes, que pueden convertirse en punto fuerte. En una entrevista de la Croix Internacional, el obispo Emmanuel, expresó que quiere destacar las iniciativas y las personas generosas que han apostado por el deporte y hacer de esto un encuentro «un evento de comunicación» y que es posible ser cristiano y deportista.
Cambiar los paradigmas en cuanto al deporte y a la Iglesia, es uno de los objetivos, ya que durante mucho tiempo se ha asociado la idea que los proyectos de la Iglesia no entran en algo divertido, y que mejor manera de cambiar que durante los próximos Juegos Olímpicos, y de es forma a cercar a la humanidad con Dios, con la misma Iglesia y con el deporte, haciendo un trio excepcional para fomentar valores, y de esa forma, crear conceptos sanos de competencias, y ver el deporte como una pasión no como rivales, ni que gane el mejor, sino vivir y disfrutar el deporte de una forma sana y con compañerismo, dijeron las fuentes.
