Un día antes de la independencia se celebró la erradicación de la discriminación en razón del sexo Fotografías: Brenda Flores
La mayoría de estudiantes de los diferentes centros educativos de El Salvador, salieron a desfilar por las calles, para celebrar con fervor el 196 aniversario de independencia patria.
En cada departamento o municipio, la festividad se celebró de diferente manera; pero también tenía mucho en común: Bandas de paz, cachiporristas, porristas, representantes de los países centroamericanos, abanderados, estudiantes marchando, comerciantes que buscaban generar ingresos y personas que disfrutaban del ambiente.
Sin embargo, lo particular del municipio de Yamabal del departamento de Morazán, es que las niñas tuvieron un protagonismo notorio por la variedad de participaciones que encabezaban.
En el desfile, más allá de apreciar la coordinación con la que se desenvolvían los niños de kínder de la escuela Pedro Pablo Castillo, se podía observar en la primera fila de la banda infantil, a una niña que fijaba su mirada en el instructor cuando daba las órdenes, que con paso firme hacía las marchas correspondientes y con el mayor entusiasmo posible, golpeaba su redoblante para hacer sonar las armonías que había aprendido.
Se trata de Alison Hernández Romero, una pequeña valiente que se sintió tan atraída por ese instrumento, que decidió formar parte de la banda, a pesar de que ésta estaba compuesta solo por niños.
Ella reveló que al inicio sentía mucha pena en sus prácticas, porque tenía que ensayar junto a once niños y su instructor que también es hombre, pero que al final sus padres la motivaron a participar, diciéndole que se vería bonita y que siguiera adelante con lo que le gustaba hacer; por lo que el día del evento disfrutó mucho y aseguró sentirse feliz de demostrar sus habilidades.
Por su parte, su madre Ingrid Romero, confesó estar sorprendida por el entusiasmo de Alison, quien quería participar en la banda y no como cachiporrista, y a su vez explicó por qué la dejó participar “Es importante que lo haga porque va perdiendo la pena, aprendiendo talentos e integrándose a diferentes procesos” puntualizó.
Asimismo, otra de las protagonistas del evento fue María Pérez Orellana, quien de manera fluida y con una seguridad impresionante, presentó un punto artístico en el que los niños del Centro Escolar Pedro Pablo Catillo, a través de la canción Que canten los niños, pidieron vivir en un mundo donde reine la paz y la justicia; representando su petición a través de la liberación de globos blancos llenos de helio que los infantes soltaron hacia el cielo.
De la misma forma, las integrantes de la banda del Instituto Nacional de Yamabal (INYA), jugaron un papel determinante en el desarrollo del desfile, puesto que todos los redoblantes eran manipulados por señoritas, porque según su instructor Juan Junior Hernández, en el INYA se ha vuelto una tradición que sean ellas quienes se encarguen de hacer sonar estos instrumentos, debido a que son más disciplinadas y se coordinan fácilmente; como también lo aseguró la participante Rita Guadalupe, quien explicó que durante los dos meses de preparación, todas se llevaron muy bien y hubo mucha confianza entre ellas.
Pero también, las niñas cachiporristas se robaron la atención del público, al demostrar sus habilidades en el baile y la ternura que las caracteriza. De manera que la fiesta patria de Yamabal se convirtió en un completo escenario donde las mujeres demostraron su capacidad de participación en diferentes áreas e hicieron honor al día de la igualdad jurídica de la mujer salvadoreña, que busca entre otras cosas la erradicación de la discriminación por razón del sexo y se celebra un día antes de la independencia.
