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Mario Martínez, embajador de la seguridad alimentaria en San Rafael Oriente

Mario es un experimentado agricultor y aprendió de su padre la compraventa de ganado; su esposa prepara derivados de la leche y con ello generan empleos.

Por: Marina Sánchez  | Edición: Jairo Gómez

Vistiendo un pantalón de trabajo, color azul, desteñido por el paso del tiempo,   una camisa manga corta anaranjada, una gorra sobre su cabello blanco y portando unos zapatos desgastados, Mario Martínez camina diez minutos por veredas desde su casa ubicada en el barrio San Juan de San Rafael Oriente.

Al llegar a su parcela se sienta a reposar en las paredes de una pila frente al corral, la cual llena de agua para que las vacas sacien su sed; mientras contempla a un costado del terreno los árboles frutales como los de mandarina, naranja y coco, los cuales sembró hace algunos años.

Conociendo al embajador de la alimentación

José Mario Martínez, a quien de cariño los habitantes de su pueblo llaman “Mario Canuto”, tiene 74 años y nació en San Juan, municipio de San Rafael Oriente, San Miguel, donde desde pequeño su padre le enseñó a cultivar la tierra y a realizar la compraventa de ganado, “nunca fui a la escuela a mí me lograron en el trabajo”, fueron sus primeras palabras.

Con una sonrisa en su rostro, aseguró que su esposa se ganó la lotería al casarse con él, haciendo referencia a María Elena de Martínez, quien ha sido su mano derecha desde su juventud, “ella era una jovencita muy bonita y trabajadora, ya ve que la gente de antes su prioridad era el trabajo”, rememoró Mario con una mirada inundada de amor.

Ellos formaron una familia de seis miembros, compuesta por sus tres hijos que son Ingenieros Agrónomos y una hija Odontóloga, actualmente todos han formado su propia familia.

Mario sigue trabajando en las tierras que le heredó su papá, se levanta a las 4:00 de la mañana para manejar su carro hasta la orilla de una quebrada, luego se dispone a caminar, hasta llegar al potrero donde tiene las vacas y comienza a ordeñar, esa es la rutina que realiza todos los días para ir atraer la leche.

Preparando cuajada con Elena 

                            

La esposa de Mario es la encargada de transformar la leche en diferentes productos como el requesón y la cuajada, de esta última prepara sus famosos quesitos frescos.

Elena describe su vida al lado de su esposo con mucho amor, diciendo que es un hombre que nunca se cansó de trabajar y que su prioridad siempre ha sido ella y sus hijos, que estuvieran bien.

“Toda mi vida me dediqué a cuidar a mis hijos y ayudar a mi esposo vendiendo la leche, aprendí a hacer la cuajada, del suero saco requesón, gracias a Dios a las 10:00 a. m. ya no tengo nada para vender, ya que la gente encarga desde un día antes”, explicó Elena.

Por su parte, Dora Interino, clienta de Elena, dijo que de los productos que se venden en casa de los Martínez, el que más le gusta es el requesón, y además agregó que su hermano Oscar Interino trabajó por un tiempo en la compraventa de ganado con Mario.

Un agricultor de experiencia

Caminando por sus terrenos, Martínez recordó que además de cultivar maíz y maicillo, antes sembraba hasta cinco manzanas de jícama para venderla por redes (unidad de medida), la jícama es un tubérculo, que también es considerado patrimonio del San Rafael.

El agricultor aseguró que dejó de cultivarla porque la venta bajó, ya que los lugareños empezaron a vender la semilla de la jícama a personas del occidente del país, fue entonces que los principales compradores pasaron a ser productores.

Los habitantes de este municipio saben elaborar distintos productos a base de la jícama, como la horchata, conserva, jícama endiablada, miel de jícama, entre otros platillos. 

Anteriormente estos eran preparados para degustación y venta en el Festival de la Jícama que se realizaba el segundo sábado del mes de diciembre en el barrio La Merced, actividad que se suspendió por la pandemia a causa del COVID-19, actualmente la municipalidad no ha realizado declaraciones si se retomará la actividad.

A pesar de ya no realizar este cultivo, Mario no desperdicia las tierras, pues hoy en día las cinco manzanas donde sembraba jícama, son adornadas por el verde de la milpa, cultivo que se ha convertido en el de mayor producción.

“Era bonito como la gente de antes salía a trabajar con la cuma, caminábamos por los montes debajo de las estrellas porque nos íbamos de madrugada, veíamos el sol salir de las montañas, sintiendo la brisa en el rostro y eso nos hacía felices, los jóvenes de hoy no saben qué es eso”, lamentó Martínez. 

Empleos que genera la familia

Pedro López de 38 años es uno de los trabajadores de campo de Mario Canuto, él lleva más de 14 años levantándose a las 5:30 a. m. para llegar a cultivar las tierras de su patrón.

“Don Mario es una buena persona con sus trabajadores, así como nos portamos con él, así es él con nosotros, hago mi trabajo con gusto porque así es como llevo el sustento para mi familia”, dijo López, mientras caminaba por una maicillera.

Asimismo, como un hombre servicial, bromista, sonriente y buena persona es descrito el patrón por su corralero, Alfonso Rivas, quien a sus 52 años es el primero de todos los trabajadores que llega al potrero para comenzar a ordeñar las vacas.

“Me levanto a la una de la madrugada, porque a las cuatro que viene don Mario, yo debo de estar aquí ordeñando las vacas para que él pueda irse temprano con la leche, esa es mi rutina desde hace 30 años que llevo trabajando como corralero”, relató Rivas.

Por otra parte, recorriendo los terrenos donde siembran el maicillo, bajo los candentes rayos del sol, Mario explicó el proceso para preparar el “silo”, alimento para el ganado.

“Cada año sembramos maicillo, cuando llega el tiempo de la corta, limpiamos con mis trabajadores de campo el terreno con la cuma, es un trabajo difícil, pero hay que hacerlo, después que finalizamos de cortar, pasamos a la máquina moledora, no siempre le pongo miel… la mayoría de veces solo se muele”, describió el ganadero.

Con más de dos décadas de experiencia, Mario aporta considerablemente a la seguridad alimentaria de muchas familias del municipio, a través de los frutos de su trabajo en equipo con Elena, su esposa.

“La agricultura ha visto mis mejores años, recorrer los campos verdes con mis cultivos me da felicidad”,

Mario Martínez, agricultor y ganadero.

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Redacción UNIVO NEWS

Equipo de periodistas, estudiantes, editores y productores de la Carrera de Comunicaciones de la Universidad de Oriente UNIVO.

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