Por: Milena Hernández
Un clima tropical seco y húmedo, con dos estaciones bien marcadas, una lluviosa, entre mayo y octubre, y otra seca, entre noviembre y abril, así se describía el clima en nuestro país hace algunos años.
Sin embargo, actualmente el clima ha cambiado por completo, ejemplo de ello, es que, a principios de la época lluviosa de este año 2023, el Ministerio de Medio Ambiente de El Salvador, informó que al mismo tiempo daría inicio el ciclo del fenómeno del Niño, lo que significa la ausencia total de lluvia en algunas zonas del país y la disminución en otras.
Dichas situaciones no afectan solamente al clima, sino también a los cultivos, provocando grandes pérdidas, y a causa de ello la escasez de alimentos y el aumento de los precios en la canasta básica, por lo que gran parte de la población se ve afectada al no poder suplir todas sus necesidades alimenticias y económicas.
Cabe destacar que, lamentablemente esta problemática es de nunca acabar, puesto que entre más pasa el tiempo, mayor es el nivel de riesgo; el calentamiento global ha sido notorio en los últimos años, el agua se ha escaseado, los desiertos se han expandido y principalmente en la zona oriental del país que es conocida por tener un clima caluroso, de acuerdo con el MARN, hemos llegado al punto de que la temperatura es insoportable porque se ha llegado arriba de los 40º grados centígrados.
Es importante mencionar, que una de las principales causas de este fenómeno es la contaminación, constantemente nos encontramos con paisajes donde antes eran ríos o lagunas, no obstante, ahora son vertederos de basura o químicos de diferentes industrias. Según el mismo MARN los niveles contaminantes han crecido más del 90% que en años anteriores. Unos estudios de 2016 y 2017 indicaban que la contaminación en todas las aguas del país era del 94%.
Sabiendo que somos los principales afectados, es muy poco o nada lo que nos encontramos haciendo para evitar seguir destruyendo el planeta, ¿cuánto más tiene que pasar para que iniciemos un cambio en nuestra mentalidad?
Es tarea de todos, cuidar y enseñar, el valor de los recursos que la naturaleza nos brinda y que, aunque parezcan ser abundantes, en algún momento se acabarán por completo, y no debemos esperar que eso pase para actuar.
Por último, es importante que todos tomemos conciencia del impacto que tienen nuestros malos hábitos y empezar a contribuir con acciones sencillas como cuidar el agua, no talar árboles, evitar la quema de basuras, no encender fogatas o lanzar colillas de cigarro encendidas en áreas boscosas, para que de esta manera podamos poco a poco disminuir el riesgo de enfrentarnos a un futuro con escasez de agua y niveles de temperatura increíblemente altos.
