La comunidad aún no cuenta con agua potable pese a que hay un tanque en la zona, debido a la descoordinación para los permisos para su uso.
Por: Daniel Campos
En el departamento de San Miguel en el municipio de Chinameca existe un cantón llamado El Boquerón donde habitan personas laboriosas, emprendedoras, comerciantes de sus propios cultivos, poseedores de un clima fresco y agradable.
Uno de los caseríos es el conocido como Silva, en el cual fue construida una pila, con la que se abastecen todos los habitantes del lugar;, unas 10 familias; éstos tienen que caminar para recoger el agua potable para uso personal como consumible y domésticos.
Ellos le bautizaron como la Pilona “El Zapote”, lugar que les da vida con su cálida agua; la Pila es histórica y patrimonio de la familia “Campos”, familia que es muy reconocida en ese lugar.
Los lugareños relatan que en la zona hay un tanque que debería abastase con agua a la mayoría de las personas que habitan el lugar y que fue donado por una fundación llamada Cáritas, esta contribuyó con la ayuda en el año del 2001, beneficiando a la mayoría de este cantón y caserío.
Dicha fundación buscó la ayuda entre los habitantes para la instalación, pero solo tres personas colaboraron en esta obra, pero ellos no contaban con los permisos de la municipalidad y este permanece sin nada de agua y no hace su función.
Por lo que solo dependen de la Pilona para reabastecer sus casas teniendo que recorrer largos caminos y cargar con el peso del agua hasta llegar a su destino, muchas personas que padecen de algunas enfermedades y no pueden cargar con el peso de esta o recorrer grandes distancias recurren a pagar para que otras personas vayan por este líquido que es tan vital siendo ellos de escasos recursos.
| Zoila de 70 años aun visita la pila para lavar su ropa, pero por su edad ya no jala agua por lo cual recurre a pagar el cántaro de agua. |
Zoila Silva dijo: “ninguna unidad de salud nos llega a visitar para indicar que el agua que consumimos es apropiada para el consumo humano y algunas personas por falta de higiene no asean la Pilona y solo llegan a tomar el agua sin hacer ningún esfuerzo”.
| La Pilona se encuentra rodeada de un bosque, lo cual es cuidado por los familiares o habitantes de la zona. Fotografía: Daniel Campos |
La Pilona la fue construida en 1970 ya que en su momento era una poza pequeña de agua que fue encontrada por José Abraham Martínez en ese mismo año, decidió crear la pila con los pocos recursos que la tenía y que sería un beneficio para todas las personas.
Empezó con una pila pequeña y al pasar los años la hizo grande, y desde ese año no ha recibido una modificación, los lavaderos son piedras que fueron buscadas por él.
Marta Campos de 60 años de edad quien es hija del creador de la pila comentó, “mi papá siempre nos dijo que la pila le había costado hacerla, ya que nunca recibió un apoyo de la comunidad, por eso teníamos que mantenerla limpia y siempre darle el uso correcto que se debe; en lo personal la puedo catalogar como un patrimonio familiar”, expresó.
María Concepción de 75 años de edad quien se encontraba lavando y jalando agua para sus usos domésticos también dio su opinión, “la verdad la Pilona el zapote como nosotros le llamamos es histórica ya que nunca ha recibido una modificación y tampoco un apoyo, pero si nos da un buen beneficio por que en todo el cantón y el caserío no hay agua potable, entonces nosotros nos trasladamos hasta aquí para poder adquirir dicho servicio”.
Cada habitante madruga los lunes, martes o sábado para poder ser de los primeros en lavar y en llenar los cántaros, bañarse ya que al lugar acuden todos los habitantes.
“Desde el año 1970 nosotros decidimos poner una tienda yendo para la Pilona ya que siempre se ha llenado de gente, entonces a las personas les daba hambre y nosotros vendíamos jugos, galletas o charamuscas en aquel tiempo, hoy ya no puedo seguir vendiendo por mi edad, pero la pila siempre ha sido de mucha importancia para nosotros”, comentó Atilia de Márquez.
La Pilona fue inaugurada en ese mismo año por los habitantes, la cual tenía una placa que mandaron a elaborar, en la actualidad la conserva la familia porque se desprendió de donde estaba ubicada.
Omar Campos de 41 años de edad expresó, “la Pilona me ha servido de gran manera porque soy agricultor, cuando estamos en sequias yo vengo y jalo bastante agua para regar y no perder mis cultivos por eso importante cuidar esa fuente que nos da vida”.
Cada habitante reconoce la importancia y el valor de ese lugar, de ese patrimonio que ha visto crecer a cientos de personas, y ha pasado de generación en generación.
Alma Rebeca de 59 años de edad “yo siempre mantengo una frase la vida es nuestra agua, y el agua es nuestra vida, es de suma importancia cuidar y conservar eso tan valioso más aun que nos ayuda tanto en nuestras necesidades porque los días que no se va atraer agua, nos morimos de sed y dejamos de hacer las cosas, porque uno se cansa de jalara tanta agua” dijo.
“El agua está presente en nuestro día a día, desde que nos levantamos hasta que damos por terminada la jornada”, expresó Marta Campos.
La pila cuenta con una historia corta de su creación, pero es emblemática para sus habitantes ya que es la encargada para beneficiar a todos dentro de su cantón, cabe resaltar que es una comunidad unida y que siempre buscan trabajar para tener en conservación los lugares de uso general.
Abraham Campos de 66 años de edad “yo tenía 12 años cuando mi papa empezó a elaborar la pila, recuerdo que nos puso a jalar el material hasta el lugar donde se estaba haciendo caminábamos muchos con mis dos hermanos, luego de ver ese resultado que nos favoreció a todos le seguimos dando más funcionamiento a lo que era la pila”, expresó.
La Pilona es un patrimonio para todos aquellos que han logrado hacer uso de ella, por ende, cabe recalcar que la naturaleza ha puesto el agua en el lugar que le pertenece, por ellos los habitantes del lugar están concientes que a cada generación le toca asegurarse de que sus actividades no redunden en un empobrecimiento de la abundancia y de la calidad del agua, que posee la Pilona.
