Familia vive en champa de palma de coco y techo de lámina
Cuando llueve se mojan y les da temor de que se les venga abajo con los vientos
Por: July Montoya
Una champa cuyas paredes están hechas con palma de coco y el techo de lámina, es lo que le llaman su hogar la familia Castillo Martínez, quienes debido a la falta de ingresos económicos suficientes no tienen para poder construir algo mejor y temen que se les pueda venir abajo por las fuertes lluvias. Ubicada en la comunidad La Pista, San Miguel.
Juana y su esposo Saúl, junto a sus hijos, Alicia de 5 años y David de 8 años de edad, luchan día a día para poder salir adelante y buscar la forma de que en su hogar no falten los alimentos.
Sin embargo, la pobreza en la que habitan es extrema y muy difícil de sobrellevar, más en estos tiempos de crisis, en donde Saúl en los últimos días se ha quedado sin trabajo, en primera instancia porque en la zona han parado la producción de las casas mallas y también porque ha estado enfermo, lo que le ha impedido salir a buscar trabajo.
Tras esto la familia Castillo Martínez, en las últimas semanas se han quedado sin alimentos, ya que sino entra ingresos a su casa no tienen la manera de salir e ir a comprar.
Es por ello que Arely Vázquez, habitante de la comunidad Los Llanitos les hizo una vista para conocer las condiciones en las que viven.
María Alfaro, Irene Rodríguez y Arely Vázquez se sumaron a la ayuda para poder hacerles llegar víveres en los cuales incluían, ropa para los pequeños y para ellos, como también alimentos básicos, que podrían abastecerlos una semana aproximadamente.
Además, la vivienda no cuenta con energía eléctrica, ni con agua; tras la falta de estos recursos Juana se ve obligada a salir de su vivienda todas las mañanas en busca de un lugar donde le pueda dar para lavar; actualmente en la iglesia cristiana donde se congregan es el lugar en donde ella va para lavar su ropa.
Camina aproximadamente 10 minutos junto a su pequeña hija, ambas con un huacal en su cabeza, ella con la ropa y Alicia con el jabón, detergente y lejía. Aparte de ello para poder tener agua para el uso, tienen ir donde otro vecino para llenar los cántaros y tener en su casa el preciado líquido.
En la vivienda de esta familia no hay sillas, utilizan trozos de manera para recibir a las personas que las visitan; solo cuentan con dos hamacas que ya están bastante deterioradas, como también una cama que ya está bastante vieja y rota; junto a esta está la hornilla, en donde Juana afirma que teme quemar su casa en ocasiones a la hora de cocinar.
Las necesidades de la familia Castillo Martínez son grandes, incluso los niños han dejado de estudiar pues ellos no cuentan con televisor o teléfonos celulares para poder recibir clases.
“Yo quiero que mis niños se preparen, tengan mejores oportunidades de vida, que algún día puedan salir adelante y que puedan tener una mejor vivienda, ya que como ustedes pueden observar las condiciones en las que vivimos no son las mejores, aquí cuando llueve se nos mete el agua, tenemos que estarla sacando, en verdad tenemos muchos desastres, expresó Juana sollozando…
Al mismo tiempo, Saúl sueña en un futuro tener su propio lugar, para que sus hijos puedan tener donde construir sus viviendas, ya que en el lugar donde actualmente viven no es de ellos, sino de una cooperativa de la zona.
De este modo, hace un año aproximadamente le dieron el espacio para construir su vivienda, y tras la falta de dinero, se le ocurrió la idea de ir a pedir palmas de coco para hacer las paredes de su casa, paredes que se están deteriorando, debido a que la humedad las ha dañado.
Ellos son provenientes del Jícaro, Jucuarán, pero llevan 5 años de estar viviendo en la comunidad La Pista, en donde años anteriores ellos vivían en casas prestadas que le daban algunos vecinos, pero siempre con el temor que los sacaran.
Juana solo cursó segundo año de educación básica y su esposo no asistió a la escuela, pero ambos sueñan que sus hijos puedan salir adelante y ser personas de bien.
“Siempre le pedimos a Dios como esposos que nos lleve de su mano, que nos de fortaleza para seguir adelante, es esta vida que llevamos, y que nos ponga personas que nos puedan ayudar para mejor nuestras condiciones de vida” dijo Juana”
Por otra parte, David sueña que su familia algún día pueda tener un televisor, mesa y silla para sentarse a comer en familia, tener una cocina en mejores condiciones, poder ir a la escuela sin faltar, tener agua y energía eléctrica en su casa, como también tener unas puertas seguras, no solo sostenidas.
“Yo faltaba a la escuela seguido porque mis padres no tenían ni alimentos para ponerme ni dinero para poder llevar y comprar algo ahí, yo siempre veía a mis compañeritos que llevaban dinero, jugo, galletas y yo con mi mochila con un lápiz, un borrados y mis cuadernos adentros, yo le llegaba a decir a mi mami y ella se ponía a llorar, ya que no teníamos nada, en algunas ocasiones llevaba papitas fritas”, comentó David.
Sin embargo en los últimos días Juana ha recibido ayuda, seguiré orando por las personas que me han puesto en el camino y que me seguirá poniendo para apoyarnos y darnos su mano amiga, Dios siempre provee y como familia hemos pasado noches enteras porque se mejore nuestras vidas, expresó.
Por ahora están a la espera para que les ayuden a mejorar su casa, porque solos no pueden hacerlo y al parecer unas personas están llevando materiales para hacerlo realidad, en tanto aún necesitan de víveres y enseres domésticos, dijeron.