Escuela “Paco Cutumay” música en la guerra y en la paz
En el año de 1989, se empezó a trabajar en la música, dándole vida a este proyecto que nació en el campo de refugiados en Colomoncagua, Intibucá, Honduras
Por: Jennifer Romero
Un espacio lleno colores con imágenes que representan el arte musical y con mucha vegetación, así es el Centro de Arte y Cultura: Escuela de Música Francisco Antonio Manzanares, en honor al poeta “Paco Cutumay” y asimismo miembro del colectivo fundador del Grupo Musical «Cutumay Camones».
En el año de 1997, Mia Vercruysse, quien proviene de Bélgica, después de tres giras por Europa, junto a seis jóvenes quienes conformaban el grupo Morazán, fundaron el Centro de Arte y Cultura y la Escuela de Música en el caserío San Luis, Manguera, Morazán.
Sin embargo, en el año de 1989 empezó a darle vida a este proyecto que inicialmente funcionó en el municipio de Colomoncagua, Intibucá, Honduras, donde ella trabajaba como pedagoga en los campamentos de refugiados por la guerra civil de El Salvador, “había mucho talento en aquellos jóvenes, por lo tanto empecé a trabajar con ellos en la voz y en la manera de tocar los instrumentos”, contó Mia.
En agostos de 1997, la escuela abrió con clases de piano, guitarra, percusión, bajo, violín, canto y danza, es de esta manera que el caserío San Luis, se llena de riqueza cultural al poseer tan pintoresco lugar donde niños, jóvenes e incluso adultos apasionando por el arte musical pueden aprender a tocar uno de estos instrumento.
Fue a través de este proyecto que se buscó apoyar a la juventud local como a otros municipios, “hay mucha necesidad y mucho talento solo hace falta oportunidades” mencionó, Mia.
En los últimos dos años la escuela trabajó en el proyecto «Educación y Cultura para la Niñez y Juventud del Norte de Morazán», esto en coordinación con el Ministerio de Educación, Ciencias y Tecnología (MINEDUCYT), como una medida preventiva, a través del canto, teatro y aprender a tocar un instrumento.
Los centro escolares que fueron beneficiados con este proyecto fueron: San Luis, Meanguera, «José Simeón Cañas», Centro Escolar Henry Ortiz en Los Quebrachos, El Barrial, Cantón Cerro Pando Meanguera y el María Mercedes Ventura Blanco.
Algo relevante de la escuela “Paco Cutumay” es que todos los maestros de música han sido formados ahí; asimismo, ellos son los que conforman el grupo Morazán, un histórico grupo musical de la Comunidad Segundo Montes.
Músicos de diferentes generaciones
Alex Chavarría es uno de ellos, tiene 22 años de estar impartiendo clases, desde 1997 forma parte de los maestros, se destaca por enseñar batería, así como o otros instrumentos de percusión.
Chavarría, cuenta que su abuelo era músico y hacia solfeo cuando se encontraban refugiados en Honduras, él es uno de los muchos niños que a causa de la guerra de El Salvador en el año 1980, tuvo que vivir refugiado.
“Ser maestro es una gran oportunidad es acá donde uno enseña lo que ha aprendido y se comparte todo estos conocimientos con los niños que son parte de este proyecto, cada día estoy aprendido más de la vida musical” dijo.
Por otra parte, José Otoniel Hernández, de 25 años, se ha convertido en un maestro de guitarra, tiene tres años de estar impartiendo clases en el lugar donde en el año de 2009 era un alumno. “Es acá donde se desarrolla nuestro potencial en la música, nos abre puertas a otros lugares, esto también ayuda a desarrollar las capacidades artísticas de los niños” comentó.
En tanto Inés Portillo, tiene 8 años, estudia en el centro escolar San Luis, Meanguera, es un niño dinámico y amante de la música, en abril del 2018 estuvo en la escuela aprendiendo a tocar batería, ahora aprende piano, junto a su mamá quien es su maestra, “me gusta más tocar piano y también me agrada el lugar porque cuando término clases, puedo jugar en los espacio recreativo que tiene la escuela” dijo, sonriendo
Son pocos los lugares que tienen programas para proteger a los adolescentes y en oriente podría ser el único dijo Mía, aunque en San Pedro Perulapán, Cuscatlán, actualmente un joven violinista fundó una escuela de música recordó.
Al año la escuela realiza dos conciertos de alumnos en julio y a finales de noviembre y es de esa manera como se van dando a conocer, ahí se les brinda las clases y los instrumentos para que ellos puedan seguir practicando. La música y el arte es un conjunto muy bueno para la salud mental, sanar heridas y las pérdidas, “es aquí donde hay un espacio de recreación para el alma” mencionó la fundadora y maestra, Mia Vercruysse.