Para vender los productos tiene que salir del municipio y pese a la afectación por la pandemia, no ha recibido ayuda financiera para dar auge a este arte
Por: Yeny Romero/Jairo Gómez
A los cuatro años de edad comenzó a elaborar petates a base de tule, una planta que crece en pantanos y ahora ha innovado y hace diversos productos.
Se trata de Cecibel García, una artesana oriunda del barrio La Cruz, San Antonio del Mosco, San Miguel, donde vive junto a sus tres hijos y su esposo Carlos Gómez, quien se dedica a trabajar en la albañilería.
Bajo el techo de su vivienda que está construida de madera y teja, esta emprendedora deja en evidencia su creatividad en cada producto.
Para asegurar la calidad de estos, García debe tener en cuenta algunos factores, entre ellos está el clima, puesto que el tule sufre alteraciones según la temperatura; “cuando llueve se pone más ʹaguadoʹ y cuando está muy fuerte la calor, se ʹtuestaʹ y se revientan las pencas”, aseguró la artesana.
Además del tule, utiliza otros materiales como tela de diferentes colores y lana, asimismo, para la costura requiere de herramientas como agujas.
García relató como las ventas bajaron en el periodo de confinamiento, ya que eran pocas las personas que visitaban el lugar y no podía salir a otros municipios.
Como alternativa se dedicó a sembrar hortalizas tales como ejotes, pepino, rábanos, pipianes y chile verde y fue así como pudo asegurar la alimentación de su familia.
Este ambiente se mantiene en la actualidad; sin embargo, ha retomado la elaboración de sombreros, carteras, viceras, servilleteros y los tradicionales petates.
Además, fabrica alcancías, para las que utiliza bolas (cutuco), pintura y bambú como base; su hijo de cinco años es el encargado de plasmar el arte del dibujo en este producto y posteriormente ella afina los detalles.
La comercialización de dichas artesanías es la última fase del proceso y la más esperada; sin embargo, no deja de ser difícil, pues para ello debe recorrer muchos kilómetros, “cuando voy a San Miguel, los llevo casa por casa ando vendiéndolos”, comentó.
En este sentido, dijo que en el municipio solo hace efectivas las ventas con los turistas, puesto que los pobladores no se interesan en comprarle y quizá una de las razones sea la falta de recursos económicos.
En el caso de los sombreros, los precios varían según su tamaño, normalmente son a $5.00; mientras que las carteras y viceras están disponibles desde los $3.00.
“En el Tecomatal, allí si vendo bastante, porque a la gente le gustan los sombreros para ir a la playa; las carteras porque son nuevos modelos, dicen”, narró García, refiriéndose a la población de uno de los cantones de la Perla de Oriente.
Los recursos para comprar los materiales para cada producto llegan a sus manos gracias a las ventas de dichos artículos, pues aseguró que no recibe ayuda de ninguna institución.
Aún así, la artesana afirmó nunca haberse arrepentido de aprender a transformar el tule, y que una de sus metas es tener un puesto de ventas en el pueblo.
Asimismo, anhela participar en alguna feria de emprendedores y está dispuesta a enseñar a las personas que deseen aprender este arte.
Si le interesa alguno de los productos de Cecibel, puede contactarla al: 7266 3071.
