Por: Roberto Sánchez
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Muchas personas se levanta a diario, esperando la salida de el sol, agradecen a Dios por estar vivos, porque están con salud y por el hecho de iniciar el día con pie firme, sus esfuerzos son los aliados para nunca darse por vencidos y aunque les toque viajar en el transporte público, con los ojitos desgastados y con ojeras, siguen luchando.
Y sí, aún exhaustos, siendo notable el cansancio cada vez que sus ojos tienden a cerrarse por el sueño, muchos de ellos van a sus destino con mucha alegría, otros tristes, pero, siempre con el objetivo de superar el día anterior.
Asimismo, muchos de ellos tienen hijos, siendo una motivación para continuar y llevar el pan de cada día hasta la mesa de su hogar.
Hay quienes tienen un trabajo muy fácil y bonito, mientras otros difícil y complicado, unos bajo el sol resplandeciente y calientes, otros en una oficina.
La lucha es continua y en muchas ocasiones puede parecer no avanzar, pero, se va en paso lento, firme, es por ello que solo quiero a través de esta carta que nos demos cuenta que somos los mismos ante los ojos de Dios.
Y esto es para ti, si para ti, que luchas diario y que debes de viajar horas para llegar a tu trabajo, es también, para todos aquellos que luchan por seguir adelante y tener una vida mejor, es para todo esas personas que van en busca de un mejor sueño hacia otro país y para aquellos que disfrutan lo que hacen.
Con todo eso que pasa a diario son unos guerreros, esos héroes para sus familias, la admiración de lucha, perseverancia y persistencia, porque quieren seguir adelante cada día y ser mejor tomados de la mano de Dios. Nunca se den por vencido, que todo lo bueno cuesta y hay sacrificos que un día tendrán recompensa.
