Cuenta con una basta experiencia como catador y actualmente tiene dos marcas de café: El Heredero y Café Azul
Por: Erika Argueta
Fotografías: Erika Argueta y Marcela Romero
Faltando 0:10 minutos para las 5:00 de la mañana inicia el día para José Margarito Gómez, su pelo y barba color ceniza van reflejando el pasar de los años y que tiene muchas experiencias que contar; le gusta levantarse temprano ya que tiene que preparar su desayuno y compartir con uno de sus trabajadores muy cercano a él, desde que su día comienza, se van notando las acciones que tanto lo caracterizan como una persona que ama al prójimo.
Margarito nació en el año de 1951, originario de Lolotique, pero desde su niñez fue criado en Chinameca, San Miguel; hijo mayor de Félix Gaitán y Secundina Gómez, una familia sencilla y luchadora; realizó sus estudios con la ayuda de becas gracias a su esfuerzo, sacrificio y dedicación, el bachillerato lo culminó en el Instituto Nacional de Chinameca y el tecnólogo en el Instituto Tecnológico Centroamericano (ITCA) en Santa Tecla, vivió alrededor de 6 años en la colonia Santa Lucia, Ilopango, San Salvador y viajaba una hora para llegar a su centro de estudios.
José siempre ha sido muy querido por las personas que lo rodean, ya que es una persona sencilla y llena de valores, Es catador de café y técnico en agroindustria, desde muy joven se dedicó a la catación de café y ha trabajado en empresas y beneficios de café cortando y clasificando el producto por su calidad, lo cual lo ha llevado a tener mucha experiencia en este rubro.
Desde hace 10 años se dedica al cultivo de café, mientras que a la venta de su producto se dedica desde hace dos años, debido a que no contaba con todo el equipo para procesar el producto, se le dificultó poder iniciar desde antes con el emprendimiento pero ahora ya cuenta con las herramientas necesarias como el despulpador, camas africanas para secar el café, máquina para convertirlo en semilla limpia, tostadora, molino, básculas o balanzas, selladora y demás material, lo que lo convierte en un pequeño emprendedor de la zona.
Don Márgaro, como es conocido por sus empleados y amigos, es dueño de una finca en la cordillera Tecapa, Chinameca, San Miguel. Con sus botines color café, su camisa manga larga adecuada para el frío de la zona y además para trabajar más cómodo entre las plantas de café y su sombrero infaltable espera a las 6:00 de la mañana el transporte que lo llevará hasta su finca.
Recorre aproximadamente media hora las calles llenas de rocío que ha dejado la serena noche, las plantas alrededor están completamente florecidas, blancas, rojas, moradas, amarillas y de muchos más colores, el camino se vuelve cada vez más difícil, pero a su vez más bello, poco a poco se deja atrás la zona céntrica de Chinameca se observan las bellas montañas que la rodean.
Al realizar un curso sobre catacion de café Margarito fue entendiendo poco a poco los elementos que caracterizan a un buen café y desarrolló esa experiencia, agilidad y ese don que caracteriza a los catadores, conocer la altura correcta a la que se debe cultivar, el sabor adecuado y muchos más elementos. “el café ya no se califica mucho en la altura que se encuentre, depende del sabor que tenga” mencionó don Márgaro.
Los catadores profesionales tienen la capacidad de identificar cuando el café esta en su adecuado punto de maduración, cuando su sabor denota dulzura y aroma agradable para el paladar de los expertos, don Márgaro gracias a su experiencia tiene el don de determinar si un café ha sido tratado y la planta ha sido cuidada adecuadamente, si se ha cortado bien, se ha tostado bien, entre otros factores.
Da empleo a aproximadamente 6 a 18 personas que realizan diferentes actividades en la finca entre cortadores, podadores, limpiadores, entre otras actividades dependiendo la época y la actividad asignada y así mismo se encarga de que las plantas estén en muy buen estado y libres de plaga.
Delmy Granados es empleada en la finca de don Márgaro desde los inicios de esta, camina casi un kilómetro para llegar hasta su trabajo pero asegura que no tiene ningún problema en hacerlo ya que a su vez ayuda con el emprendimiento a su jefe y amigo; “el es muy buena persona, siempre cuando tiene un trabajo nos avisa y así nos ayuda a nosotros también, lo conozco desde hace tiempo y él nos comentó que si podíamos venir a ayudarle en su finquita y nosotros aceptamos echarle la mano” mencionó Delmy.
Así mismo, Dolores Villalta lleva un año trabajando como cortadora en la finca y menciona que don Margaro es una persona muy alegre y es muy bueno con sus empleados “yo siempre estoy pendiente cuando el nos dice que vengamos a ayudarle aquí en la finca en cualquier trabajo que el tenga porque nos ayudan esas coras que nos da” afirmó.
La finca lleva por nombre Puerta de Golpe, ya que años atrás la entrada era por una puerta de golpe, luego se utilizaba una talanquera de alambre de púas, pero en la actualidad se ha dejado una entrada más fácil, ha sido heredada de generación a generación hasta que llegó a don Márgaro y así espera poder heredársela a sus dos hijos para que estos mantengan esa tradición del cultivo del café.
Manuel Villalta tiene 5 años de dedicarse a cortar café y al igual que Delmy y Dolores trabaja con Margarito desde sus inicios con el negocio, es la única persona que lleva el sustento a su familia conformada por 4 personas, por lo tanto también trabaja en agricultura y otros oficios, “tengo bastante tiempo de conocerlo, incluso le ayudamos con un primo a que des sombrara para que tuviera la finca así como la tiene, el es un buen jefe y amigo y es muy trabajador y amable, siempre le ha gustado mantener su trabajo así como lo tiene”.
El Heredero lleva por nombre la marca con la que Don Margarito está iniciando como emprendedor, y además quiere registrar su segunda marca llamada Café Azul; actualmente pertenece a la Asociación Salvadoreña de catadores de café ASCAFE en San Salvador. Sin duda alguna Don MÁrgaro tiene muchas historias que contar, experiencias y conocimientos que compartir; su carácter y amabilidad lo hacen distinguirse entre los demás y con su carisma hace que el tiempo pase rápido teniendo una charla con él.
