Cultura

Músicos exitosos en la Panamerican Cuerdas y Metales

Son niños y jóvenes dedicados a esta exitosa banda

Redacción: Roberto Reyes

fotografías: Cortesía

Cátedra: Periodismo y Literatura

La mañana en la Línea Férrea de la ciudad de San Miguel, indica que es hora de salir a luchar por lo sueños, David Campos lo sabe, por eso no le puede faltar su canastilla repleta de dulces,  dispuesto a  vender en las diferentes rutas de buses y el mercado central; sin embargo él sabe que la vida le tiene algo mejor.

Con 11 años de vida que lo respaldan, «Chapincito» como lo conocen sus amigos, está  optimista como siempre, con un tercer grado en curso, su estilo único de niño salvadoreño, aguerrido y dispuesto a aprender siempre; sin pensarlo dos veces,  se sube a una ruta de bus y comienza a ofrecer los diferentes sabores y colores de los caramelos preferidos de los usuarios del transporte que van dispuestos a saborear golosinas.

Luego de dedicar una parte del día a las labores cotidianas y colaborar con el sustento en su hogar, que junto a su madre deben cumplir, Davicito se dirige al ensayo general de la que hoy por hoy, lo recibe siempre con toda la alegría que les caracteriza, la banda musical estudiantil, Panamerican, que funciona en El Centro Escolar Unión Panamericana, colonia El Tesoro, en la perla de oriente; la escuela cuenta con el espacio adecuado para que los jóvenes dediquen horas y horas, toda los días de la semana para ensayar las melodías que caracterizan a esta banda que ha dado de qué hablar a nivel nacional, e internacional.

Llega el momento de sacar de su respectivo estuche el clarinete que Chapincito tiene asignado para este año como integrante de la banda, lo limpia, hace el ensamble  pieza por pieza, teniendo en cuenta que el instrumento es delicado;  comienza la hora de afinar la cañuela, llave por llave sus dedos comienzan a familiarizar al ritmo de cada nota musical escritas en una pizarra vieja, la cual cuelga de un árbol que da mucha sombra para todos los cipotes ganosos de iniciar de manera formal su respectivo ensayo.

Desde el 2006 Franklin Mendoza, instructor de Panamerican Cuerdas y Metales, está formando niños y jóvenes con valores, descubriendo en unos y aumentando en otros sus conocimientos musicales, para darle un sonido increíble a la banda que roba aplausos y sonrisas en desfiles y festivales. Un antecedente distinto acompaña a esta agrupación, quienes antes no tenían el mismo éxito que hoy, puesto que en el pasado, sólo desfilaban al ritmo de otras instituciones, y los Panamericanos les tocaba marchar y bailar con melodías de otras bandas, por su misma falta de recursos para obtener instrumentos propios.

Como David, un total de 60 integrantes que se dividen entre 43 especialistas en instrumentos de viento y 17 percusionistas forman la banda.

El director musical valora mucho sus 11 años dedicados a todos estos niños en el centro escolar, quien también reconoce que el lema que distingue a los niños, “hasta que Dios lo permita” es el que los llevará lejos, si ellos así lo desean, y su fe se mantiene intacta. Ahuachapán, La Palma, Chalatenango, son algunos de los lugares que como banda han podido visitar y dejar huella musical; comentarios de gente de Guatemala, México, y otros países, que a través de la internet, les dejan saber que su calidad está haciendo eco en Latinoamérica y el mundo, ambiente que los niños reciben con mucho amor y cariño.

El logo que portan en su vestimenta, es el mismo escudo del centro escolar, con la diferencia que a este le acompaña un corno de marcha, y un violín en los costados, como identificación. En 2008, decidieron  adoptar por acuerdo unánime, que el color morado era, es, y será siempre, su distintivo favorito, logrando así, que el público los reconozca siempre en todo momento, algo  distinto a lo que se utilizaba en el pasado, ya que se distinguían por un color café.

Han sufrido evoluciones, que eran muy característicos en ellos, como los cascos estilo romano, y sus lentes que nunca les faltan en tono rojo; antes se hacían llamar Panamercian Urban, y ahora desechado lo “urbano” para adoptar frescura y estilo tropical en su show.

“Si algún día mi lápiz me falla, escribiré con cal y sangre, como lo hacían mis abuelos lencas” es la frase que les acompaña en toda indumentaria que han manejado en sus 11 años bajo la dirección musical de Mendoza, quien también comentó que los miembros de la banda reciben clases sobre cultura Lenca, que es muy bien recibida por los estos.

“Acabo de ver a Cristo” un cántico que lleva 3 años en su repertorio musical, quienes por su creencia religiosa, y en agradecimiento del creador, siempre ejecutan en cada presentación musical, acompañado de las cumbias, merengues, salsas, baladas pop, y otros géneros muy característicos de esta banda. “Las bandas musicales no tienen que ser estáticas” así lo menciona Frank, quien en cada canción siempre acompaña con coreografía, la cual hace aún más original, y única en el país a esta mini Sinfónica juvenil, tal y como lo exigen los jurados calificadores, de cada Festival al que asisten muy gustosamente. 2017, para ellos, es catalogado ya como el año de la abundancia, llevan 8 trofeos que están entre los 3 primeros lugares como mejores bandas.

Antes, llegaban a competencias, con sus instrumentos a deteriorados: amarrados y reparados con pajillas, cinta aislante, y otros productos que lograban un funcionamiento considerable, eso fue motivo de momentos de dolor para la niñez de esta institución. Uno de sus mayores logros, es impulsar el nombre de su centro de estudios y lograr que lo mencionen de forma positiva en todos lados.  

La necesidad de adquirir nuevos instrumentos, los hizo tocar fondo, y lamentarse de no tener recursos, pero en el año 2008, se les ocurrió la brillante idea de realizar un Festival de bandas, que en ese tiempo tuvo como asistencia, 4 centros escolares, y un instituto. Con lo recaudado se dicho evento, los muchachos muy alegres pudieron comprar un par de congas, para ir de apoco, renovando su arsenal. Este año, su evento tuvo una asistencia de más de 20 bandas, confirmando así, el apoyo de todos para los morados.

2018, es año clave y especial, ya que pretenden celebrar, 50 años de Fundación de dicho centro escolar, y se planea tirar la casa por la ventana, como dicen por ahí con esa famosa frase, que hace algarabía a grandes celebraciones.

Músicos profesionales son testigos de cómo los niños, saltan, gritan y tocan su melodía a la vez, sin desafinar; su valor es tan grande, que se atreven siempre a participar en categoría avanzada, a la par de institutos nacionales, quienes cuentan con gente de mayor experiencia musical y  aún así, siempre se van por la vía más complicada, generando dolores de cabeza para muchos competidores, debido a su éxito rotundo en la escena musical.

Franklin tiene un sueño muy grande, y es darle un giro bastante notorio a la banda, convertirla en estilo Sinfónica, trabajo que desde ya están haciendo con la colaboración de la empresa privada, que envía a expertos en violín, para preparar verdaderos violinistas, y que se sumen a este ambicioso plan a futuro no muy lejano.

Los días sábados para ellos, son muy especiales, ensayan de 9:00 de la mañana, a 5:00 de la tarde, pero hacen una pausa  para recibir clases bíblicas que un comité cristiano imparte de manera consecutiva, acto que ayuda a fomentar valores muy importantes en esta juventud que tanto lo necesita.

La señora Claudia María Mejía de Alfaro, directora del centro escolar, es pieza clave en el apoyo que está banda recibe, de la mano de padres de familia que también aportan tiempo y esfuerzo con sus hijos a este proyecto; todos unidos y con sed de éxito, van por la vida en el ámbito musical.  

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Redacción UNIVO NEWS

Equipo de periodistas, estudiantes, editores y productores de la Carrera de Comunicaciones de la Universidad de Oriente UNIVO.

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