Personas de la tercera edad y niños laboraron en los cementerios
Redacción: Kevin Díaz fotografías: Mauricio Sánchez
Como ya es su tradición, con brocha, escoba y detergente en mano José Luis Benítez de 67 años se dedicó a limpiar y lavar tumbas en el cementerio general de San Miguel, para ganarse unos cuantos dólares para subsistir; su edad no es impedimento para hacer las cosas bien por lo que muchos de sus clientes le buscan para diversas labores entre los mausoleos y tumbas del lugar.
Benítez permanece en el campo santo todos los días del año, lavando, pintando y limpiando tumbas, trabajo que ha realizado durante quince años, pero él sabe que durante estas fechas puede obtener un poco más de ganancias que en el resto del año.
“El precio depende del tamaño de la tumba y del gusto del cliente los precios van desde los $3, no siempre nos va bien pero hay clientes que siempre solicitan mi servicio” afirma el anciano, quien se mostró muy amable al contar su historia, pero rechazó ser fotografiado.
Como él, otras personas adultas mayores, niños y adolescentes llegan a trabajar al cementerio para palear por unos días su precaria condición económica.
pues en esta época del año cientos de personas llegan para conmemorar el día de los fieles difuntos, en el que vuelven a tomar forma algunas tradiciones que son parte de esta fecha tan memorable pues es una época propicia donde afloran los recuerdos entrañables de los que se adelantaron.
Las tradicionales fiestas católicas del día de los santos y de los fieles difuntos también es una oportunidad aprovechada por los vendedores; tanto dentro como en la acera frontal del cementerio y sus alrededores los comerciantes migueleños colocaron sus ventas de flores naturales y coronas de flores de papel enceradas, hojuelas, pastelitos, tostadas, pupusas y toda clase de golosinas.
“En este año esperamos poder sacar la inversión de nuestros productos y al mismo tiempo un poco de ganancia por eso nos hemos preparado con arreglos bonitos flores frescas y todo a un precio accesible” dijo uno de los vendedores del interior del campo santo.
