
Una carrera histórica que marcó al fútbol salvadoreño y mundial.
Por Luis Hernández
Norberto Huezo, conocido como «El Pajarito», dejó una huella imborrable tanto en el fútbol salvadoreño como en el internacional. A lo largo de su carrera, ganó títulos en tres equipos diferentes y fue una figura clave en la selección nacional, destacándose especialmente en la clasificación de El Salvador a la Copa del Mundo de 1982.
Desde 1974 hasta 1987, Huezo no solo brilló por su talento y destreza en el campo, sino también por su liderazgo. Fue capitán de la selección salvadoreña durante más de una década y participó en los tres partidos disputados por El Salvador en la Copa del Mundo de España 1982, un hito que sigue siendo recordado con orgullo. Además, su contribución fue fundamental para que El Salvador obtuviera la medalla de oro en los Juegos Centroamericanos celebrados en San Salvador en 1977.
En el ámbito nacional, Huezo comenzó su carrera con la Universidad de El Salvador (UES) antes de unirse a ANTEL, donde ya destacaba. Luego jugó en dos de los clubes más representativos de El Salvador: Atlético Marte y FAS. Con Atlético Marte, conquistó varios títulos a lo largo de su carrera (1977-1978, 1980-1982 y 1985), mientras que en FAS dejó una huella imborrable entre 1978 y 1980 y luego en su regreso entre 1990 y 1992.
La carrera internacional de Huezo lo llevó a destinos tan diversos como Monterrey, México, y varios países de Europa y Centroamérica. Jugó en clubes como el CF Palencia y Cartagena FC en España, además de dejar su marca en el CS Herediano de Costa Rica y el Deportivo Jalapa de Guatemala. Su paso por estos equipos consolidó su legado como un gran futbolista y demostró que el talento no tiene fronteras.
El legado de Norberto Huezo sigue vivo en la memoria colectiva del fútbol, siendo recordado no solo por sus logros, sino también por su dedicación, liderazgo y la huella imborrable que dejó en el deporte.