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La dedicación y el sabor de una vida de esfuerzo

A sus 80 años, “Niña Julita” continúa deleitando a Berlín, Usulután, con las pupusas que cuentan su historia de lucha y amor familiar.

Por Larissa Morataya

María Julia Chévez Rivera, mejor conocida como “Niña Julita”, es una figura emblemática en Berlín, Usulután. Desde hace más de 35 años, deleita a sus clientes con las tradicionales pupusas en su negocio, Pupusería Julita. Nació el 27 de febrero de 1944 y, aunque su vida ha sido una travesía llena de esfuerzo y sacrificio, hoy, a sus 80 años, continúa manteniendo viva la tradición culinaria y el espíritu de servicio que ha caracterizado a su familia.

Desde pequeña, aprendió el valor del trabajo. Recuerda cómo se levantaba a las 4 de la mañana para bañarse y salir a repartir plátanos y pupusas, y a las 7 ya estaba en la escuela. “Solo llegué hasta sexto grado porque era difícil”, comenta. Con los tres centavos de dólar que recibía para ir a estudiar, solía comprar un centavo de dulces, uno de nances y algún pequeño antojo más.

A los 19 años, se enamoró y tuvo a su único hijo, a quien crió sola. Su tía, quien le pagaba 10 pesos mensuales, fue su primera maestra en el arte de preparar pupusas. Sin embargo, cuando los ingresos ya no eran suficientes para cubrir los gastos de su hijo, a los 25 años decidió independizarse. Con valentía, comenzó a vender pupusas por su cuenta y, en su primer día, logró vender 150 pesos, trabajando desde la una de la tarde hasta la madrugada. La vida no era fácil, pero su perseverancia la llevó a buscar un lugar propio.

En su juventud, el mercado de Berlín aún no existía y vendía en diferentes mesones y espacios temporales. No fue sino hasta los 35 años, cuando se construyó el mercado, que Niña Julita consiguió un espacio fijo, lo que le permitió establecer su negocio y brindar una vida mejor a su hijo. Gracias a su incansable esfuerzo, él pudo estudiar Arquitectura, logrando graduarse gracias al trabajo incansable de su madre.

Hoy, con 80 años, Niña Julita sigue al pie del cañón. Cada madrugada se levanta a las 4 a.m., lista para preparar las pupusas que han hecho famosa a la Pupusería Julita. Su fama en Berlín es tal que, en 2020, fue coronada reina de la tercera edad, un reconocimiento que atesora con cariño, ya que le permitió vivir experiencias que no había disfrutado en su juventud.

María Julia Chévez Rivera, conocida como “Niña Julita”, posa en la entrada de su hogar en Berlín, Usulután, donde compartió su historia de esfuerzo y dedicación que la ha convertido en un ícono de su comunidad. Foto UNIVO News / Larissa Morataya.

“Ahora las pupusas las doy a 50 centavos porque todo ha subido. Incluso ya tenemos delivery; eso es nuevo para mí, pero hay que adaptarse”, comenta Niña Julita, siempre dispuesta a innovar y satisfacer a sus clientes.


A lo largo de su vida, María Julia Chévez Rivera, “Niña Julita”, no solo ha demostrado ser una mujer trabajadora, sino también una madre y abuela amorosa, orgullosa de sus tres nietos. En Berlín es reconocida no solo por su comida, sino por el legado de esfuerzo, perseverancia y amor que ha construido para su familia y su comunidad.

UNIVO NEWS

Equipo de periodistas, estudiantes, editores y productores de la Carrera de Comunicaciones de la Universidad de Oriente UNIVO.

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