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El fin de semana medios brasileños e internacionales confirmaron que el juez dio plazo a Lula Da Silva para que voluntariamente ingresara a prisión.
Después del tiempo estipulado por el juez que dictó el proceso de evidencias de corrupción del ex mandatario brasileño, Da Silva se entregó a la justicia después de estar recluido en la sede sindical durante 26 horas.
Todo indica contra todo pronóstico, que enfrentará a partir de esta semana la condena de 12 años de cárcel por corrupción.
El expresidente, tuvo la oportunidad el día sábado de brindar declaraciones y anunciar públicamente, “No les tengo miedo, voy a demostrar que soy inocente”.
Da Silva, fue presidente de Brasil entre 2003 y 2010; también declaró: “Soy la única persona en el mundo que está procesada por un piso que ni siquiera es mío”; en sus palabras ante los medios aprovechó para hacer un llamado a sus seguidores para que defiendan sus políticas, “Hay millones de Lulas que caminarán por mí”.
Cabe destacar, que en enero del presente año el tribunal de Porto Alegre, al sur de Brasil, afirmó que el investigado aceptó el soborno de una constructora, debido a los hechos ha sido encarcelado en una prisión del mismo país mientras se avanza en el caso.
Al entrar a la prisión se le asignó una celda especial en la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba, gestionada y exigida por el juez Sergio Moro, quién fue el mismo que ordenó el encarcelamiento del líder izquierdista.
“En razón del cargo ocupado, fue previamente preparada una sala reservada, una especie de Sala de Estado Mayor, en la propia Superintendencia de la Policía Federal, para el inicio del cumplimiento de la pena, y en la cual el ex presidente estará separado de los demás presos, sin cualquier riesgo para su integridad física o moral”, aseguró un magistrado en entrevista.
El juez determinó dentro de los detalles por escrito y en defensa del ex presidente, que en ningún momento utilicen esposas para detenerlo.
Aparte de las investigaciones por corrupción pasiva, al ex mandatario se le involucra en participación de lavado de dinero; en el mismo lugar donde se encuentra recluido está el ex presidente de la constructora OAS, Leo Pinheiro, como también el ex ministro de hacienda, Antonio Palocci, quienes también están involucrados desde hace un tiempo en delitos de corrupción.
De acorde a las fuentes y entrevistas a las máximas autoridades de seguridad, Da silva no podrá recibir visitas durante los primeros días. Ni sus familiares podrán verle.
Fuentes: Declaraciones de entrevistas en canales internacionales: CNN Y UNIVISIÓN.
