El poder de aprender un idioma en la adultez
El aprendizaje de un nuevo idioma en la adultez ha sido tradicionalmente visto como un desafío mayor en comparación con la niñez. Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que los adultos tienen ventajas únicas al aprender una lengua extranjera, lo que podría traer consigo una serie de beneficios cognitivos y sociales.
Por Anny Scarlet Martínez
Durante años se ha sostenido que la infancia es la mejor etapa para adquirir un idioma debido a la mayor plasticidad cerebral en los primeros años de vida. Sin embargo, esta creencia está siendo cuestionada, ya que diversos estudios muestran que los adultos no sólo pueden aprender un idioma, sino que también pueden hacerlo con éxito.
Lourdes Ortega, profesora de lingüística, explica que los adultos tienen la capacidad de regular su propio aprendizaje y ser intencionales en su estudio, lo que mejora su desempeño en el proceso. La clave en el aprendizaje de un idioma no solo reside en la edad, sino también en factores como la motivación y la exposición al idioma.
Ortega destaca que la inmersión es esencial para lograr fluidez, pues, sin ella, el progreso sería limitado. Los avances tecnológicos, como las aplicaciones de idiomas, han facilitado que los adultos puedan aprender a su propio ritmo y según sus necesidades. Sin embargo, para obtener resultados óptimos, se requiere constancia y pasión por la lengua que se desea dominar.
El aprendizaje de idiomas también ofrece beneficios cognitivos, como el aumento de la memoria y la prevención de enfermedades como la demencia. Además, ser bilingüe o multilingüe mejora la flexibilidad mental y la capacidad de comprender distintas perspectivas, lo que facilita la interacción social y la adaptación intercultural.
Aunque el aprendizaje de un idioma puede ser difícil, especialmente para quienes no tienen acceso a recursos adecuados o temen cometer errores, los beneficios van más allá del dominio de una nueva lengua. Aprender un idioma en la adultez no solo abre nuevas puertas a nivel cognitivo, sino que también enriquece la vida personal y social, haciendo que valga la pena el esfuerzo.