
El estrés y la tensión emocional no solo impactan la salud mental, sino que también se reflejan en el cuerpo, especialmente en músculos y articulaciones.
Por M. Del Cid
Dolores de espalda, cuello, hombros y rigidez en las extremidades son síntomas frecuentes en personas sometidas a altos niveles de presión emocional.
Expertos en salud recomiendan el ejercicio físico como una herramienta clave para liberar tensiones acumuladas. Actividades como caminar, trotar suavemente o practicar yoga ayudan a relajar los músculos, mejorar la circulación y generar endorfinas, hormonas que reducen el estrés y mejoran el estado de ánimo.
El estiramiento es otra práctica beneficiosa. Dedicar al menos 10 minutos diarios a estirar cuello, espalda, brazos y piernas puede disminuir la rigidez y prevenir contracturas. También se sugiere la práctica de técnicas de respiración profunda o meditación guiada, que ayudan a calmar el sistema nervioso y relajar el cuerpo.
Especialistas en fisioterapia señalan que ejercicios de bajo impacto, como natación o pilates, permiten trabajar todo el cuerpo sin forzar las articulaciones. Estos métodos no solo alivian molestias físicas, sino que también fortalecen la musculatura, mejoran la postura y reducen la ansiedad.
Mantener una rutina de ejercicio adaptada a las capacidades de cada persona y acompañada de una alimentación balanceada y descanso adecuado, es esencial para enfrentar el estrés cotidiano y proteger tanto la salud mental como la física.