
El cáncer de próstata es uno de los tipos más comunes entre los hombres a nivel mundial, especialmente en aquellos mayores de 50 años.
Por M. Del Cid
A pesar de su alta incidencia, este tipo de cáncer puede ser tratado eficazmente si se detecta en etapas tempranas, lo que resalta la importancia de realizar chequeos médicos regulares.
La próstata es una glándula del aparato reproductor masculino que, con el envejecimiento, puede presentar alteraciones. Entre los síntomas más frecuentes del cáncer de próstata se encuentran dificultad al orinar, necesidad frecuente de orinar, sangre en la orina o el semen, y dolor en la pelvis o espalda baja. Sin embargo, en muchos casos, el cáncer puede avanzar sin mostrar señales evidentes, lo que hace vital el control preventivo.
Los exámenes más comunes para su detección incluyen el tacto rectal y la prueba de antígeno prostático específico (PSA). Aunque existe temor o estigma alrededor de estos procedimientos, los especialistas insisten en que pueden salvar vidas. La medicina ha avanzado considerablemente, y existen tratamientos efectivos como cirugía, radioterapia, terapia hormonal y vigilancia activa, dependiendo del estado del cáncer y del paciente.
Organismos internacionales de salud promueven campañas de concientización durante el mes de noviembre, en el marco del movimiento “Movember”, para animar a los hombres a priorizar su salud y hablar abiertamente sobre este tema. El apoyo familiar y comunitario también es clave para reducir los tabúes y fomentar la prevención.
El cáncer de próstata es prevenible y tratable si se actúa a tiempo. Consultar al médico periódicamente, especialmente a partir de los 45 o 50 años, puede marcar una diferencia significativa en la salud y calidad de vida de los hombres.