Un llamado mundial contra la tortura y en apoyo a sus víctimas

La ONU invita a reflexionar sobre el sufrimiento de quienes han sido víctimas de tortura y recuerda el compromiso global de erradicar esta práctica inhumana.
Por Joselyn Quintanilla
Cada 26 de junio, el mundo alza la voz por quienes han sufrido uno de los actos más crueles que atentan contra la dignidad humana: la tortura. La Asamblea General de las Naciones Unidas estableció esta fecha como el Día Internacional en Apoyo de las Víctimas de la Tortura, con el objetivo de recordar la entrada en vigor de la Convención contra la Tortura y Otros Tratos o Penas Crueles, Inhumanos o Degradantes.
Esta conmemoración no solo busca honrar a las víctimas, sino también generar conciencia sobre una realidad que, aunque muchos creen lejana, sigue vigente en distintas partes del mundo. La tortura, en cualquiera de sus formas, representa una violación grave a los derechos humanos, y la ONU insiste en que su erradicación debe ser un compromiso de todas las naciones.
Más allá de reconocer el sufrimiento físico y psicológico que deja la tortura, la jornada tiene como propósito recordar la necesidad de ofrecer reparación, justicia y acompañamiento integral a las víctimas. Esto incluye atención médica, apoyo psicológico, espacios para que sus testimonios sean escuchados y, sobre todo, acciones legales que garanticen que los responsables rindan cuentas.
La educación en derechos humanos también ocupa un lugar central en esta lucha. Para prevenir futuras violaciones, es indispensable promover una cultura de respeto, justicia y paz. Reformar sistemas de justicia, capacitar a las fuerzas de seguridad y fortalecer los mecanismos de denuncia son pasos fundamentales hacia una sociedad donde nadie sea sometido al dolor como forma de castigo o represión.
La ONU también destaca el papel clave de las organizaciones no gubernamentales (ONGs) en este proceso. Estas entidades, muchas veces trabajando en contextos difíciles, ofrecen asistencia directa a las víctimas y lideran campañas de sensibilización y defensa de los derechos humanos.
Este 26 de junio, la invitación es clara: reflexionar, solidarizarnos y actuar. La lucha contra la tortura no solo es tarea de gobiernos o instituciones internacionales; es un compromiso de toda la sociedad, para garantizar que ninguna persona vuelva a ser sometida al sufrimiento que deja una práctica que el derecho internacional prohíbe de manera absoluta.