Comayagua, la joya colonial de Honduras que enamora al turismo internacional

La histórica ciudad, conocida por su arquitectura colonial y su icónico reloj, se posiciona como un destino turístico y cultural clave en Centroamérica.
Por F. Martínez
Comayagua, una de las ciudades más antiguas y emblemáticas de Honduras, sigue consolidándose como un destino turístico de relevancia internacional. Ubicada en el centro del país, esta ciudad colonial es famosa por su riqueza arquitectónica, su vibrante cultura y su papel clave en la historia hondureña.
Fundada en 1537, Comayagua fue la capital del país hasta 1880 y conserva un legado colonial impresionante. Entre sus atractivos más destacados se encuentra la Catedral de la Inmaculada Concepción, que alberga uno de los relojes más antiguos de América, con más de 900 años de historia. Además, sus calles empedradas, iglesias centenarias y museos permiten a los visitantes sumergirse en un viaje al pasado.
En los últimos años, el turismo en Comayagua ha crecido considerablemente gracias a la restauración de su casco histórico y la promoción de sus festivales culturales y religiosos. La Semana Santa en Comayagua es una de las más impresionantes de la región, con alfombras de aserrín de colores que adornan las calles y procesiones que atraen a miles de turistas nacionales e internacionales.

Las coloridas letras de Comayagua se han convertido en un punto icónico para los turistas, enmarcando la belleza colonial y el encanto histórico de la ciudad. Foto: UNIVO News / F. Martínez.
Además de su riqueza histórica, la ciudad se ha convertido en un punto estratégico para la economía de Honduras. Con la reciente apertura del Aeropuerto Internacional de Palmerola, Comayagua ha reforzado su conexión con el mundo, facilitando el acceso de visitantes y fortaleciendo el comercio regional.
Turistas de El Salvador y otros países vecinos han encontrado en Comayagua un destino accesible y lleno de historia, ideal para escapadas de fin de semana o recorridos culturales. Con su combinación de tradición, arquitectura y hospitalidad, esta ciudad hondureña sigue demostrando por qué es considerada una joya colonial de Centroamérica.