Esa extraña sensación de que alguien nos observa es algo que casi todos hemos experimentado. Conocida como escopaestesia, esta percepción despierta curiosidad en la neurociencia, que aún debate si existe una verdadera habilidad para detectar miradas ajenas.
Por Anny Scarlet Martínez
La escopaestesia se refiere a esa singular experiencia de sentir que alguien nos mira, una percepción que, aunque común, todavía no tiene una explicación científica concluyente. Diversos estudios han intentado explicar este fenómeno, pero las pruebas siguen siendo insuficientes.
El investigador británico Rupert Sheldrake realizó experimentos donde las personas parecían adivinar cuando alguien las observaba, obteniendo resultados que sugirieron una habilidad especial. No obstante, sus estudios han sido cuestionados por científicos como David Marks y John Colwell, quienes creen que los resultados pudieron estar influidos por patrones repetitivos en el experimento.
Una posible explicación de esta percepción radica en nuestra atención exógena, un sistema de alerta natural que reacciona a estímulos repentinos. Esta habilidad, esencial para la supervivencia, nos permite captar movimientos y cambios en el entorno que podrían hacer sentir la mirada de alguien sin ser conscientes de ello.
Nuestra visión periférica también desempeña un papel importante. Aunque no tan nítida como la visión central, es excelente para detectar movimientos en los extremos de nuestro campo visual, lo que podría activar la sensación de ser observados al captar movimientos sutiles de otras personas.
Otro elemento que podría influir son las neuronas espejo, que nos permiten entender las acciones e intenciones de los demás. Estas neuronas podrían facilitarnos la detección de miradas, especialmente en situaciones sociales donde el contacto visual tiene una carga emocional o comunicativa.
Factores psicológicos también podrían intervenir en la escopaestesia. El llamado efecto spotlight nos hace pensar que los demás nos observan más de lo que realmente lo hacen, mientras que el sesgo de confirmación nos lleva a buscar evidencias que respalden nuestras creencias de estar siendo observados.
En la mayoría de los casos, la escopaestesia es una reacción natural de nuestro cerebro para mantenernos atentos a nuestro entorno, una habilidad que ha sido crucial para nuestra supervivencia desde tiempos antiguos.