Un viaje por la mente mientras dormimos

Los sueños, esas historias e imágenes que surgen mientras dormimos, han fascinado a la humanidad a lo largo de la historia. A pesar de ser una experiencia común, su naturaleza sigue envuelta en misterio y despierta muchas preguntas sobre su significado y función.
Por Anny Scarlet Martínez
Los sueños son una de las experiencias más intrigantes del ser humano. Pueden ser momentos de alegría y romanticismo, o situaciones inquietantes y aterradoras. Aunque la mayoría de las personas no recuerdan haber soñado, se estima que todos soñamos entre tres y seis veces cada noche, con cada sueño durando entre cinco y veinte minutos. Sin embargo, alrededor del 95% de estos sueños se olvidan al despertar.
El estudio de los sueños ha capturado la atención de científicos y psicólogos, quienes se preguntan por su propósito. Existen varias teorías que sugieren que los sueños pueden reflejar deseos ocultos, ayudar a procesar la información del día o incluso funcionar como una forma de terapia. Gracias a nuevas metodologías de investigación, se ha comenzado a comprender mejor cómo los sueños ayudan a consolidar recuerdos y a prepararnos para situaciones futuras.
Los ciclos del sueño se dividen en cinco fases, siendo la fase REM (movimiento ocular rápido) la más importante para la actividad de soñar. Durante esta etapa, la respiración se vuelve irregular y se producen los sueños más vívidos. La ciencia indica que los sueños están estrechamente relacionados con esta fase, donde la mente organiza recuerdos y simula experiencias.
Por otro lado, las pesadillas son sueños perturbadores que pueden causar ansiedad y miedo, y suelen aparecer en momentos de estrés o trauma. En contraste, los sueños lúcidos permiten a algunas personas tomar control sobre lo que sucede en sus sueños, brindando una experiencia única.
Investigaciones recientes han analizado cómo los personajes en los sueños suelen ser personas conocidas o figuras de la vida cotidiana. Esto sugiere que nuestros sueños están conectados con nuestra realidad. Así, los sueños no solo son un fenómeno fascinante, sino también un reflejo de nuestra mente y nuestras experiencias, que continúan desafiando nuestra comprensión y curiosidad.