Al menos 17 personas han perdido la vida y más de 84,000 han resultado afectadas en Somalia a raíz de las intensas lluvias que azotan al país durante la actual temporada, que se extiende de abril a junio.
Por M. Del Cid
Las precipitaciones han provocado severas inundaciones, especialmente en la capital, Mogadiscio, donde numerosas viviendas han sido destruidas y miles de familias desplazadas.
Aunque las lluvias han contribuido a mejorar la disponibilidad de agua y pastos en algunas zonas, muchas regiones del país continúan enfrentando condiciones secas, lo que agrava la situación humanitaria. Las autoridades y organismos de ayuda trabajan para asistir a las personas afectadas, mientras se espera que las lluvias continúen en las próximas semanas.
La comunidad internacional ha sido llamada a brindar apoyo urgente para mitigar los efectos de esta emergencia que afecta a una población ya vulnerable por años de conflicto y crisis alimentaria.
Organizaciones humanitarias como la Cruz Roja y la ONU han intensificado sus labores en las zonas más golpeadas, ofreciendo albergues temporales, kits de higiene y alimentos. No obstante, advierten que los recursos son limitados y que, sin una respuesta rápida y coordinada, las condiciones podrían empeorar significativamente.
