
Aunque están al alcance de todos, su consumo excesivo ya preocupa a médicos salvadoreños por los efectos secundarios que pueden generar, sobre todo en jóvenes.
Por F. Martínez
Las bebidas energizantes están presentes en supermercados, tiendas y hasta en pupuserías. Son populares, baratas y prometen energía instantánea, pero ¿cuánto sabemos realmente sobre sus efectos?
En El Salvador, cada vez más jóvenes consumen este tipo de productos para rendir más en los estudios o en el trabajo. Algunos lo mezclan con alcohol durante fiestas, otros lo ven como parte de su rutina diaria. Sin embargo, especialistas advierten que su abuso puede causar efectos como insomnio, ansiedad, taquicardias y, en casos extremos, problemas cardíacos.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud, el consumo excesivo de estas bebidas representa un riesgo emergente de salud pública, especialmente en países con poca regulación sobre su comercialización.
Aunque no se trata de alarmar, expertos recomiendan consumirlas con moderación y no sustituir el descanso o una alimentación adecuada por productos que solo ofrecen energía temporal.