Refugio “Échame una pata”: esperanza para caninos rescatados en San Miguel

Esta iniciativa, nacida en 2017, se ha convertido en un símbolo de lucha por los derechos y el bienestar de los animales en la zona oriental del país.
Por Jacqueline Alemán
Más de 130 caninos que fueron abandonados en las calles hoy encuentran amor, cuidado y una segunda oportunidad de vida en el refugio “Échame una pata”, ubicado en la 8ª avenida Sur, a un costado del rastro municipal de San Miguel.
Con la firme misión de rescatar perros en situación de calle y promover la adopción responsable, el refugio no solo ofrece alimento y cuidados básicos, sino también cariño, atención médica y un entorno donde los peludos pueden recuperarse del abandono y el maltrato. Actualmente, hay más de 20 casos de perros en condiciones críticas que se encuentran bajo tratamiento y recuperación.
La labor del refugio es acompañada por personas solidarias, como Ezequiel Madrid, estudiante de la Universidad de Oriente (UNIVO), quien dedica su tiempo libre a bañar, alimentar y jugar con los caninos. Ejemplos como el suyo muestran que la empatía y la acción voluntaria marcan una gran diferencia en la vida de estos animales.
Sin embargo, la realidad del refugio es desafiante. Mantener a más de un centenar de perros requiere grandes cantidades de alimento, medicamentos, atención veterinaria y otros recursos diarios. Por ello, los encargados hacen un llamado a la población migueleña para que se sumen como padrinos, donadores o voluntarios.
“El amor no se compra, se adopta” es el lema que guía al refugio en su lucha por sensibilizar a la ciudadanía sobre la importancia de proteger la vida animal. Las personas interesadas en colaborar pueden acercarse directamente al lugar o comunicarse al número de contacto del refugio. Cada perro rescatado tiene una historia diferente, pero todos comparten la esperanza de encontrar un hogar donde recibir amor y protección.