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¿Por qué no podemos resistir los antojos de comida chatarra?

El deseo de consumir alimentos ricos en azúcar, grasa y sal puede ser difícil de controlar, especialmente en un entorno saturado de anuncios y opciones accesibles. Comprender cómo funcionan los antojos es clave para tomar decisiones más saludables sin sentirse culpable.

Por Anny Scarlet Martínez

Los antojos de comida son un impulso natural, diseñado para ayudarnos a identificar alimentos con altos niveles de calorías que en el pasado eran escasos. Sin embargo, en la actualidad, los alimentos ultraprocesados ricos en grasas, azúcares y sal están al alcance de la mano, lo que complica nuestro intento de seguir una dieta balanceada. Estos productos activan el sistema de recompensa del cerebro, generando un deseo inmediato de consumirlos.

Cuando nuestro cerebro recibe señales como anuncios o el aroma tentador de un alimento, se desencadenan respuestas físicas automáticas, como la producción de saliva y la activación de la digestión. Estos reflejos, aunque naturales, pueden dificultar la resistencia a comer lo que no necesitamos. Aunque la decisión de ceder o no al antojo depende de factores como la disponibilidad o el costo del alimento, nuestra tendencia es priorizar el placer inmediato sobre los beneficios a largo plazo para la salud.

El estrés y la falta de control sobre las señales del entorno también juegan un papel importante. A menudo, cuando enfrentamos altos niveles de ansiedad, elegimos comer más y subestimamos las calorías que ingerimos, encontrando gratificación inmediata en la comida. Sin embargo, investigaciones recientes han demostrado que no solo buscamos comida por su sabor, sino también por categorías específicas, como lo dulce o lo salado.

El entorno en el que vivimos, con una constante exposición a alimentos tentadores, hace más difícil evitar los antojos. Sin embargo, existen estrategias para controlarlos. Una recomendación es reconocer el antojo y tratar de sustituirlo por una opción más saludable, como sustituir las papas fritas por nueces saladas o la comida chatarra por frutas. Además, evitar hacer compras cuando se tiene hambre o planificar las compras con anticipación puede ayudar a reducir la tentación.

Tener alimentos saludables al alcance, como frutas, verduras y frutos secos, también puede disminuir las probabilidades de caer en la tentación de productos poco nutritivos. Aunque los antojos son naturales y a veces difíciles de controlar, establecer metas claras y alcanzables en cuanto a hábitos alimenticios puede hacer que tomemos decisiones más conscientes y saludables.

Finalmente, es importante no ser demasiado duro con uno mismo en caso de no cumplir con nuestros objetivos alimenticios. La clave es seguir intentando y encontrar formas más equilibradas de satisfacer nuestros deseos sin comprometer la salud.

UNIVO NEWS

Equipo de periodistas, estudiantes, editores y productores de la Carrera de Comunicaciones de la Universidad de Oriente UNIVO.

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