Aunque la hojalatería es un oficio que está desapareciendo, este joven está esforzándose por salir adelante a través de este, ofreciendo una variedad de productos.
José Enrique Hernández
Nelson Hernández aprendió el oficio de hojalatería de su padre; tenía 12 años cuando inició en su natal Cojutepeque y ahora tiene un pequeño taller en Osicala, Morazán.
Día a día puso su empeño para aprender este legado de su familia y del cual se siente orgulloso, ya que actualmente son pocos los artesanos que lo realizan y además es su única fuente de empleo, debido a que, por motivos económicos solo estudió hasta sexto grado.
“Cuando tenía 12 años de edad, me acuerdo que estaba jugando con mis amigos y mi papá me llamó y me dijo que tenía que aprender a lo que él se dedicaba. Para mí fue algo nuevo pues yo solo veía que el cortaba y hacían candiles, regaderas, cajuelas entre otras cosas. Y tenía que hacerlo porque esto viene de familia”, comentó Hernández.
Actualmente Nelson está casado y ha procreado un bebé que ya tiene 9 meses de edad; su trabajo como hojalatero le permite algunos ingresos para el sustento de su familia.
Día a día pone en práctica lo que le fue enseñado desde pequeño, elabora distintos productos para comercializarlos los días domingo en el centro de Osicala.
“Hacemos cubetas para maíz, jarillas, hago candeleros, regaderas, los famosos candiles carreteros hay gente que todavía me pregunta que es eso o como se utiliza, también hago comederos de pollo, y los domingos salgo al centro de Osicala para venderlos. Hasta el momento me va muy bien y vendo lo que hago en la semana”, comentó con una sonrisa.
De acuerdo con el joven, fueron sus padres y hermanos quienes le motivaron y apoyaron para que abriera un puesto de hojalatería.
“Acá donde estoy mis amigos del taller y familia me han apoyado para que pueda tener mi negocio y darme a conocer porque este trabajo no es muy común”, refirió el joven.
Cinta métrica, tijeras, soldadores y el entusiasmo es lo que necesita este joven para seguir adelante en este oficio que agradece a su padre por habérselo heredado.
En dicha zona es una de las pocas hojalaterías que se encuentra, está ubicada en la entrada alterna a Osicala a un costado del bypass, carretera Longitudinal del Norte.
