Desde el domingo, Cataluña enfrenta fuertes lluvias que han generado graves inundaciones y afectado el transporte, especialmente en Tarragona y Barcelona, dejando sin servicio ferroviario y con vuelos cancelados en el aeropuerto de El Prat.
Por Anny Scarlet Martínez
Las intensas precipitaciones en Cataluña, que en algunas zonas superaron los 130 litros por metro cuadrado, han ocasionado un caos en el transporte y la vida cotidiana. El temporal, que comenzó en Tarragona, se extendió a Barcelona, afectando a comarcas como Baix Llobregat, Barcelonés y Maresme, donde las autoridades pidieron a la población evitar desplazamientos.
En Tarragona, la alerta roja decretada el domingo llevó a la suspensión de clases, consultas médicas no urgentes y audiencias judiciales. A trabajadores de grandes fábricas se les pidió quedarse en casa, reduciendo al mínimo las actividades de la industria en la zona.
El aeropuerto de El Prat también se vio severamente afectado: las pistas y terminales se inundaron, obligando a cancelar medio centenar de vuelos y desviar otros 17. El sistema de trenes de cercanías quedó suspendido en toda la región, y la alta velocidad entre Barcelona y Tarragona sufrió interrupciones por un túnel inundado.
Además, varias estaciones de metro en Barcelona cerraron parcialmente, y el servicio de tranvía también se suspendió. En las carreteras, al menos seis vías permanecen cortadas, incluyendo la C-32 en Castelldefels, donde las lluvias arrastraron vehículos, y la AP-7, que presentó largas retenciones.
Los ríos de la región alcanzaron niveles preocupantes. La Agencia Catalana del Agua emitió una alerta por riesgo de desbordamiento en los ríos Francolí, Besós y Llobregat, este último con un caudal récord de 115 metros cúbicos por segundo. La situación actual se debe a la coincidencia de varias tormentas, que han descargado más de 80 litros por metro cuadrado en algunas zonas.
