Despojarse de lo innecesario y resolver pendientes en vida es una práctica que los suecos han convertido en un acto de responsabilidad hacia sus seres queridos.
En Suecia, enfrentar la muerte con orden es una tradición conocida como «limpieza de la muerte». Este concepto invita a reducir las posesiones acumuladas a lo largo de la vida y a resolver temas personales antes de partir, con el propósito de aliviar a la familia en momentos difíciles.
El proceso comienza revisando los espacios más olvidados del hogar, como áticos, sótanos y armarios. Aquí suelen encontrarse objetos que han perdido utilidad, los cuales pueden donarse o regalarse. La idea es priorizar lo grande, como muebles, y luego pasar a elementos más pequeños como ropa o utensilios, dejando un entorno más práctico y ligero.
No solo se trata de lo material. Esta tradición sueca también fomenta sanar relaciones, dejar claves de acceso a cuentas digitales y organizar recuerdos, como fotografías y cartas. Incluso, se sugiere destruir documentos que puedan generar complicaciones innecesarias. La meta es facilitar tanto los trámites como el duelo de los familiares.
Aunque desprenderse de pertenencias puede resultar emocionalmente complejo, los suecos destacan que este ejercicio brinda alivio y permite reflexionar sobre la propia vida. Por ello, se recomienda empezar antes de que las fuerzas físicas disminuyan, idealmente alrededor de los 65 años, aunque nunca es demasiado pronto para planificar.
Esta práctica no solo refleja el carácter pragmático de la cultura sueca, sino también su enfoque en la consideración hacia los demás. Al dejar orden tras de sí, quienes la adoptan logran un cierre más armonioso para ellos y sus seres queridos.
