
La educación tradicional promueve la idea de que los estudiantes deben estar quietos frente a sus escritorios para aprender. Sin embargo, investigaciones recientes indican que este enfoque puede no ser el más efectivo. El movimiento y la manipulación de materiales pueden ser claves para activar la mente y mejorar la comprensión de conceptos complejos.
Por Anny Scarlet Martínez
La cognición incorporada, un campo que estudia la relación entre el cuerpo y la mente, sostiene que el cuerpo juega un papel crucial en el aprendizaje. Manipular objetos o moverse permite a los estudiantes comprender mejor conceptos abstractos, como las fracciones o la aceleración, al involucrar más sentidos en el proceso.
Este enfoque se hace aún más relevante en la educación a distancia. Aunque el modelo tradicional asume que la mente se concentra mientras el cuerpo está quieto, investigaciones sugieren que mantener la postura estática aumenta la carga cognitiva. El esfuerzo de mantenerse inmóvil puede dificultar el aprendizaje.
Los gestos también son esenciales para el aprendizaje. En actividades como la resolución de problemas, los movimientos de las manos y el cuerpo ayudan a los estudiantes a expresar y entender ideas antes de poder verbalizarlas. Observar estos gestos permite a los educadores detectar el progreso del estudiante, incluso antes de que se expresen con palabras.
Integrar el movimiento en las clases, tanto presenciales como virtuales, puede ser clave para mejorar el aprendizaje. Actividades que incluyan caminar o usar herramientas físicas pueden hacer que los estudiantes se involucren de manera más activa, favoreciendo la comprensión y el aprendizaje significativo.