Cada 2 de mayo se conmemora el Día Internacional contra el Bullying o el Acoso Escolar, una fecha establecida para visibilizar una problemática que afecta a millones de niños, niñas y adolescentes en todo el mundo, y que exige el compromiso de toda la sociedad para prevenirla y erradicarla.
Por M. Del Cid
El bullying, definido como el maltrato físico, verbal o psicológico ejercido de forma repetida hacia una persona, puede dejar secuelas emocionales profundas y duraderas. En contextos escolares, sus manifestaciones incluyen burlas, exclusión, amenazas, agresiones físicas o ciberacoso, este último potenciado por el uso de redes sociales.
Organismos internacionales como la UNESCO y UNICEF han alertado sobre el aumento de casos de acoso escolar en los últimos años, haciendo un llamado urgente a fortalecer políticas educativas inclusivas, fomentar la cultura del respeto, y capacitar a docentes, estudiantes y padres de familia para detectar y actuar ante cualquier señal de violencia escolar.
En el marco de esta fecha, instituciones educativas y organizaciones sociales desarrollan actividades de sensibilización, charlas, murales con mensajes de paz y campañas digitales para promover el respeto, la empatía y la sana convivencia entre estudiantes.
Más allá de las aulas, el Día Internacional contra el Bullying representa un recordatorio de que toda forma de violencia debe ser rechazada y que el silencio no es una opción. Crear entornos seguros y solidarios para la niñez y adolescencia es una tarea compartida que empieza con el respeto a los demás.
