
La conmemoración rinde homenaje a quienes dedican su vida a la enseñanza y recuerda el legado del expresidente Francisco Menéndez.
Por F. Martínez
Cada 22 de junio se celebra en el país el Día del Maestro, una fecha dedicada a reconocer el esfuerzo, la vocación y el compromiso de quienes ejercen la docencia. Este día fue establecido en 1928 por decreto legislativo, destacando que “no hay arte más sagrado, ni más bello y alta misión que la del Maestro, porque éste educa, enseña y redime a los pueblos”.
La elección de esta fecha responde al fallecimiento del expresidente Francisco Menéndez, ocurrido el 22 de junio de 1890. Durante su mandato, entre 1885 y 1890, Menéndez impulsó reformas clave en el sistema educativo y fue considerado uno de los principales defensores de la dignificación del magisterio.
En este día, diversas instituciones aprovechan para rendir homenaje al trabajo docente, que a menudo se enfrenta a condiciones desafiantes, pero que permanece como un pilar esencial en la formación de ciudadanos y en la construcción de una sociedad más justa y preparada.
Más allá de la celebración, el Día del Maestro representa una oportunidad para reflexionar sobre el papel transformador de la educación y sobre la necesidad de seguir fortaleciendo las condiciones en las que se desempeña el magisterio.