Caída del precio del litio y su impacto en América Latina
El precio del litio ha caído más del 80% en los últimos dos años, lo que afecta a las economías de Chile y Argentina, claves para la industria de vehículos eléctricos.
Por Anny Scarlet Martínez
En dos años, el precio del litio ha descendido de US$70.000 a US$10.000 por tonelada, una baja que obedece a una sobreoferta y a una demanda que creció menos de lo previsto. Aunque el litio es esencial en baterías para autos eléctricos y otros dispositivos, su consumo no se aceleró según lo proyectado, causando una saturación en el mercado. China, el principal consumidor de autos eléctricos, fue un factor clave, ya que sus ventas de 2023 quedaron muy por debajo de las proyecciones iniciales.
En Australia, esta reducción de precios afectó la industria minera. Varias empresas, como Core Lithium y Albemarle, optaron por detener parcial o totalmente sus operaciones, mientras que otras, como Pilbara Minerals, decidieron mantener e incluso expandir la producción con la esperanza de una recuperación de la demanda. Australia enfrenta, además, un desafío de costos, ya que su método de extracción consume mucha más energía que el proceso de evaporación en salmuera usado en Chile y Argentina.
La caída del precio impacta en América Latina, especialmente en Chile y Argentina, donde el litio es clave para la economía. En Chile, las firmas SQM y Albemarle han tenido que reducir sus pagos al Estado, ya que la estructura impositiva depende del precio del mineral. En Argentina, la caída ha ralentizado proyectos, y empresas como Argosy Minerals y Arcadium han revisado sus inversiones, lo cual afecta el potencial de ingresos del país.
A pesar de la baja, empresas globales como Río Tinto mantienen su interés en el litio sudamericano, confiando en que su valor estratégico se mantendrá a largo plazo. Se espera que la demanda aumente a medida que avanza la transición hacia energías limpias, con proyecciones de precios en torno a los US$16.000 por tonelada en los próximos años.
El contexto también responde a tensiones geopolíticas. Estados Unidos y Europa ven a América Latina como un proveedor clave para autos eléctricos, mientras China, el líder en producción y consumo, busca asegurar sus reservas de litio. En este entorno competitivo, Chile y Argentina siguen siendo piezas centrales para el mercado mundial de litio, indispensable para la transición energética global.