Michelle Lam buscaba alivio emocional tras una ruptura, pero descubrió que su nueva compañera también luchaba contra la ansiedad.
Por F. Martínez
Michelle Lam, una joven que atravesaba una etapa difícil marcada por la ansiedad y una ruptura amorosa, decidió adoptar una mascota en busca de compañía y consuelo emocional. Al conocer a Suki, una gata descrita como “una chica pequeña de grandes ojos”, sintió una conexión inmediata y la llevó a casa como hogar temporal, sin saber si la adoptaría definitivamente.
Lam confesó que Suki le recordaba a ella misma, lo cual le generó ilusión. Su esperanza era que la gata le ayudara a sobrellevar sus episodios de ansiedad. Sin embargo, pronto descubrió que Suki también padecía síntomas similares: evitaba el contacto social, se escondía ante las visitas y mostraba comportamientos que evidenciaban ansiedad.
“Ella no es afectuosa, y cuando lo es, parece forzado”, explicó Lam, quien viralizó su experiencia en TikTok con el mensaje: “El gato que adopté para que me ayudara con mi ansiedad”. La historia conmovió a miles de personas, por la ironía y la empatía que generó.
Tres años después, Lam sigue conviviendo con Suki y ha adoptado a otro gato, Kabuki. Aunque la relación entre ambos felinos no siempre es armoniosa, su compañía se ha vuelto esencial para ella. “Solo con verlos en su rutina me siento acompañada”, afirma.
Pese al giro inesperado, Michelle Lam asegura que tener mascotas transformó su vida. Por eso, alienta a quienes enfrentan ansiedad o momentos difíciles a considerar la adopción o acogida de animales como una forma de apoyo emocional. “Nunca te sientes solo cuando tienes mascotas”, concluye.
