Las olas del sur salvadoreño, un paraíso para el surf según la ISA

La riqueza de las olas salvadoreñas se consolida como atractivo mundial para los amantes del surf.
Por J. Chávez
El litoral salvadoreño se ha convertido en un referente internacional para la práctica del surf. Con playas de gran belleza natural y condiciones únicas para este deporte, El Salvador ofrece una experiencia que lo posiciona como uno de los destinos más apreciados por surfistas de diferentes países.
Fernando Aguerre, presidente de la Asociación Internacional de Surf (ISA), destacó recientemente el potencial que posee la nación en este ámbito. “Es un país que tiene infinidad de lugares para practicar surf. Me parece hermoso que los niños y jóvenes de El Salvador crezcan dándose cuenta de lo que tienen”, señaló el directivo, subrayando la riqueza natural del territorio salvadoreño.
Las olas de playas como El Sunzal, Punta Roca, El Zonte y otras ubicadas en el sur del país, son reconocidas por su calidad entre profesionales y aficionados del surf. Estos escenarios no solo son idóneos para competencias de nivel mundial, sino también para el turismo recreativo que se desarrolla en torno a la cultura del mar.
En septiembre, El Salvador es sede del Surf City El Salvador ISA World Surfing Games 2025, un torneo que reúne a deportistas de todo el planeta y que refuerza la imagen del país como un espacio privilegiado para la práctica de esta disciplina. Más allá del evento, lo que sobresale es la riqueza natural que hace posible estas experiencias: un océano con condiciones estables durante gran parte del año, acompañado de paisajes costeros que combinan arena, acantilados y biodiversidad.
La región sur del territorio nacional concentra gran parte de este potencial. Allí se encuentran comunidades que han integrado el surf a su vida cotidiana, lo que refleja cómo la geografía y el talento humano convergen para hacer del país un punto de interés en el mapa mundial del deporte acuático.
El surf en El Salvador trasciende lo deportivo: es un elemento que refleja la grandeza natural de un país pequeño en extensión, pero inmenso en su patrimonio marino y cultural.